CULTURAS

¿Te suena? La crisis de 2001 hecha canción

El estallido social inspiró a los artistas de rock a incluir en sus repertorios la indignación, la bronca y también la esperanza por un mundo mejor. El Spotify circula una lista de 23 temas nacidos al fuego de la crisis, con varios hits que todavía cantamos. Por Cris Aizpeolea

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20-12-2021

El arte como caja de resonancia, como expresión colectiva y testigo de un tiempo. La música como registro e inspiración. Los dramáticos días de diciembre de 2001 dejaron su marca en la historia  y  tienen su propia banda sonora, una lista de canciones que surgieron al calor de las protestas y la indignación. Letra y música para evocar la frustración, el fracaso político, los sueños rotos, la muerte y, también, esperanza. Pasaron 20 años. Todavía cantamos.

En esa gran autopista de la música que es la plataforma Spotify, el usuario silenciocomar (del sitio del mismo nombre) acaba de subir una lista de 23 temas. Son “Canciones inspiradas en la crisis de 2001”, como dice la bajada, un resumen seguramente imperfecto pero que cumple muy bien como inventario de la producción de un amplio arco de artistas -de rock, especialmente-  cuando el grito “que se vayan todos” ganaba las calles.

 

Esto es rock

En la lista, la banda Carajo aparece con Sacate la mierda, un rock duro y de letra bien explícita: “Sin anestesia, la rebelión despierta, en la calle se manifiesta/ La paciencia ya se acabó y nace la violencia/ Miro la TV y odio lo que veo, hay que meterlos a todos presos”.

Igualmente potente fue Ataque 77 con Buenos Aires en llamas cuando describía: ¿De qué se ríe el tipo de los carteles, candidato a gobernador? Secuestros, robos, muertes, inseguridad/ No de más la situación. Y es que el sistema hace rato ha colapsado”.

Cada grupo, con su estilo, aportó su mirada. Desaparecido, de Las Pelotas, es otra postal del dramatismo: “¿Viste?, el río está en llamas. Todas las calles están bloqueadas/ Y ahora que estás solo, ponete a correr/ ¿Qué es esto, qué está pasando aquí?/ La gente está refugiándose No encuentra más lugar para esconderse”.

El turno de Intoxicados llega con un riff bien rockero y Pity Álvarez, con esa cuota de ironía que lo hace un artista único, recreó en   un asalto urbano a manos de un ladrón que trata de usted a la víctima, le explica que su familia no tiene trabajo, que no viene a hacerle daño y que por favor ponga el dinero en la bolsa, además del video con la grabación del robo. “Y si algún día puedo, espero, y en la vida tengo mucha suerte / Y si consigo este dinero, voy a volvérselo a traer”, le avisa.

 

En clave de fiesta

Kapanga le puso humor al desastre general con la tarantela Bisabuelo, que repasa la triste parábola de miles de bisnietos de aquellos inmigrantes huyendo a la Europa que habían dejado sus ancestros hace 100 años. “Porque está todo mal. No puedo trabajar y por eso me tengo que ir/ Querido bisabuelo, si vivieras no entenderías / Por buscar un futuro mejor, a tu tierra natal yo me fui. Para soñar, para vivir, para crear un mundo nuevo. ¡Bisabuelo! Viniste al pedo”.

Con el tema Los métodos piqueteros, bien festivo y bailable también, Las manos de Filippi destacaron al nuevo actor social que ganaba la calle y señaló con el dedo a los responsables de la crisis: “Los mejores, los únicos, los métodos piqueteros./ Se les quema el pantalón, todos se van a quemar: Cavallo, De la Rúa, y empiezan a desfilar”.

Por esos años, los fans del fallecido Palo Pandolfo bailaban y hacían pogo con Argentina 2002, una oda a la resignación con ritmo de fiesta (“De qué te sirve criar a músicos acá, de qué te sirve levantarte a la mañana/ de qué te sirve salir a cacerolear/ de qué te sirve estar bronceada en la arena). Más juerga a pesar del mensaje pesimista proponía La Mosca con Hoy estoy peor que ayer (“pero mejor que mañana”, canta la murga contenta), infaltable desde entonces hasta hoy en cualquier casamiento, fiesta o reunión con ganas de alegría.

La lista de Spotify contiene clásicos como La argentinidad al palo, de la Bersuit Vergarabat, o Salir al Sol, de Fito Páez, que también habla del caos aunque en el estribillo prefiere mirar para adelante: “Hay que salir a pelear, hay que salir a luchar/ Hay que volver a encontrar todas las cosas divinas. Defender el lugar”.

Del listado, sin duda la que más ilusión contagia es Color Esperanza, de Coti Sorokin en la versión de Diego Torres, que si bien se grabó meses antes del estallido -en octubre de 2001- resumió como pocas canciones las ganas de estar mejor y se popularizó luego del desastre  como un himno que apuesta por el futuro.

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Redacción Mayo

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