La Para, Córdoba

Mar de Ansenuza: el 5° lago salado más grande del mundo es cordobés y será Parque Nacional

La protección de la Laguna Mar Chiquita y los bañados del Río Dulce augura un impacto positivo en la economía de la región. Ocho ciudades aledañas trabajan en propuestas de turismo. La importancia del humedal, según la bióloga María Laura Josens. Por Florencia Sosa
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Florencia Sosa 17-03-2022
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En 1994 la provincia de Córdoba creó la Reserva Provincial "Bañados de Río Dulce y Laguna Mar Chiquita"; desde entonces, este territorio ha sido objeto de estudio de científicos e investigadores por su relevante flora y fauna. En 2017 la Administración de Parques Nacionales, la organización no gubernamental Aves Argentinas y la Provincia de Córdoba firmaron un convenio para crear dos parques nacionales: el Parque Traslasierra, fundado en marzo de 2018, y el Parque Nacional Ansenuza que aún está en proceso de creación. 

En Agosto del 2021, la Legislatura de la provincia de Córdoba cedió al Estado Nacional mediante la Ley Provincial N° 10.775 la superficie de 661.416 para la creación del Parque Nacional y Reserva Nacional Ansenuza. Actualmente, se espera que el Congreso de la Nación elabore y sancione la Ley que acepte la donación y la inmediata creación e implementación de esta nueva área protegida.

 

Redacción Mayo conversó con María Laura Josens, bióloga de la ONG Aves Argentinas, doctora en Ciencias Biológicas, especialista en conservación de humedales y coordinadora territorial del Proyecto Parque Nacional Ansenuza, quien desde hace dos años se mudó a la zona -vive en la ciudad de Miramar- para trabajar mejor.

“Las necesidades de creación de un parque son numerosas. Hay mucha demanda en este trabajo; necesitás estar full time en territorio, estar en contacto con la gente. Cuando querés hacer un trabajo social cooperativo que sea realmente democrático, para conocer y transmitirle a la gente lo que es un parque nacional, no podés estar viviendo fuera del parque nacional. Ese fue el motivo de la decisión de venirme a vivir acá para estar 24/7, todos los días, en función de este hermoso proyecto”, relata.

“Lo que le faltaba para estar a salvo es ser designado Parque Nacional, porque es la única figura de protección que tiene la Argentina a la que realmente se le adjudica un presupuesto, se le asigna personal capacitado y, además, desde el punto de vista turístico y de desarrollo, es un símbolo y es un sello de calidad a nivel internacional. Nuestros parques nacionales están categorizados como de primer nivel en todo el mundo”, asegura Josens.

Del total de la superficie, a 185.939 hectáreas se les asignará la categoría de Parque Nacional. Será un área a conservar en su estado natural por su atractivo escénico e interés científico y educativo, por lo cual será mantenida sin otras alteraciones que las necesarias para asegurar su control y la atención al visitante. Otras 475.477 hectáreas tendrán la categoría de Reserva Nacional. Esta extensión de territorio estará destinada a la conservación de ecosistemas como zonas protectoras del parque nacional contiguo. Las obras, servicios y desarrollo de los asentamientos humanos que se consensuarán, aprobarán y ejecutarán en la medida en que sean compatibles con modelos de desarrollo sustentable.

 

Una laguna única 

La laguna Mar Chiquita o Mar de Ansenuza tiene particularidades que la hacen única en el mundo. El humedal, de alrededor de 1.000.000 hectáreas de extensión, es considerado el mayor lago salado de Sudamérica y el quinto más grande del mundo. Un lago salino es un cuerpo de agua aislado, con una gran concentración de minerales. A veces, hasta pueden presentar mayor salinidad que el agua de mar. 

Al ser un lugar clave para la conservación de la biodiversidad a nivel global, Mar Chiquita  pertenece la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, está considerado como Área Importante para la Conservación de las Aves y en 2002 fue catalogado como Humedal de Importancia Internacional por la Convención Ramsar e incluído en la Red de Lagos Vivientes.

Las aves son el grupo que alcanza los mayores niveles de diversidad y abundancia. Tiene el 66% de todas las especies de aves migratorias y playeras registradas en Argentina, concentra casi el 36% de la avifauna del total del país (380 especies de aves registradas) y el 85% de las 447 especies de aves citadas para la provincia de Córdoba. Esto lo convierte en uno de los sitios más importantes para la conservación de las aves del centro del país y para la conservación de especies migratorias de Sudamérica, que cada año se congregan en números de hasta medio millón de individuos. 

La laguna y los bañados constituyen un sitio prioritario como parada o destino final para las aves migratorias, provenientes tanto del hemisferio norte como del sur del continente. Se identificaron unas 60 especies (42 de ellas acuáticas) de Norteamérica, del norte de Sudamérica, la Patagonia, la Puna, las Sierras de Córdoba y San Luis.

La diversidad de mamíferos, anfibios, reptiles y peces también representa un valor único e importante a proteger. El área es hábitat de las tres especies de flamencos de Sudamérica, y es reconocida como uno de los 14 sitios prioritarios de la Red de Humedales de Argentina, Bolivia, Chile y Perú para la Conservación de Flamencos Altoandinos. Además, cobija animales como el coipo, el carpincho y la comadreja colorada; y especies típicas del monte chaqueño como la corzuela parda, el pecarí de collar, el gato yaguarundí y del zorro gris pampeano, entre otros. Importante destacar también que en la zona se hallaron especies en riesgo de extinción, como la tortuga terrestre, el lobito de río y el aguará guazú.

 

Impulso a la producción y el turismo

La designación de un Parque Nacional no sólo contempla el cuidado de la fauna y de la flora del lugar, sino que también tiene en cuenta a las personas, habitantes de las ciudades aledañas. La bióloga Josens detalló cómo fue el proceso de creación de esta área de conservación: “Nosotros no pensamos en un parque que solamente esté conservando un área natural; pensamos en un parque para la gente. Hoy las áreas naturales protegidas no pueden pensarse dejando a las personas y a las comunidades afuera, ni siquiera se los ha excluido en el proceso de creación”..

“Todo el tiempo hemos hecho reuniones, se ha trabajado con las localidades armando mesas de trabajo con los intendentes, con sus referentes de Turismo, de Ambiente, con actores sociales clave, prensa, vecinos. Lo que queríamos era que las localidades, que acá son mayoritariamente productivas, ganaderas, agrícolas, sojeras, se dieran vuelta y miraran la laguna, porque muchos pueblos de acá tenían olvidada a Mar Chiquita. Ni siquiera iban a visitarla, o no la veían como algo positivo o como una fuente de empleo”, señaló Josens.

El proyecto de creación del Parque Nacional Ansenuza incluye ocho portales de entrada a través de sus ciudades aledañas: Balnearia, Marull, Altos de Chipión, La Para, La Paquita, Brinkmann, Colonia Vignaud y Morteros. 

“Hoy por hoy, todas las localidades se han dado cuenta del recurso infinito que tienen ahí en materia de ecoturismo, de turismo rural, de desarrollo regional, y todas las localidades están buscando de alguna forma encontrar cuál es su potencial, cuál es su identidad para desarrollar los portales que estuvimos inaugurando a mediados de febrero”, comentó Josens. 

 

La Para, ingreso estratégico 

Para la próxima temporada, Aves Argentinas y la Administración de Parques Nacionales confeccionaron una guía de servicios para fomentar el turismo en la zona del futuro Parque Nacional Ansenuza. 

Entre las diversas propuestas de los portales se destaca la ciudad de La Para, que está situada a 150 km de la Ciudad de Córdoba, sobre la ruta provincial N°17, en la región de Ansenuza y que se encuentra a solo 48 km de la Laguna Mar Chiquita. La oferta de La Para incluye un recorrido por el Parque Pleistocénico Ansenuza, cuenta con siete alojamientos (hospedajes y cabañas) y diez propuestas de gastronomía. El camino de acceso invita a la realización de caminatas, avistaje de aves y cicloturismo. 

La Para cuenta con un gran desarrollo productivo que puede verse beneficiado con la creación del Parque Nacional. La conservación implica un mayor control de las inundaciones que afectan la agricultura y permite una mejor administración del agua y alimentos disponibles para el ganado. Esto es fundamental para esta región, ya que según datos del Relevamiento Social Comunitario (RESCOM) realizado en 2020 por la Fundación Colsecor y la Cooperativa de Electricidad, Vivienda y Servicios Públicos Ltda; La Para tiene una producción agrícola que abarca 44.850 hectáreas con seis diferentes tipos de cultivos y una producción ganadera con 28.700 existencias (el 70% de actividad tambera y el 30% de agricultura y cría). Además, es una ciudad que contabiliza 79 emprendimientos de diversa producción artesanal local. 

 

Un PN con identidad propia

En la actualidad, hasta que el Parque Nacional se cree mediante la ley, toda el área sigue protegida como Reserva Provincial de Usos Múltiples Mar Chiquita y Bañados del Río Dulce. Mientras tanto, las localidades cercanas siguen trabajando en conformar sus propuestas turísticas. “El visitante viene a Ansenuza y la idea es, justamente, que sea diferente a Iberá, al Parque Patagonia, que sea diferente a Iguazú. Cada parque tiene su identidad, y desde Aves Argentinas estamos tratando de construir de manera conjunta la identidad de Ansenuza”, concluye Josens. 

El proyecto de Parque Nacional no sólo tiene un valor biológico, ya que los paisajes y la biodiversidad también significan un gran atractivo turístico en el centro del país. El visitante se beneficia del disfrute y del vínculo con la naturaleza y su visita aporta a la economía regional, fortaleciendo el empleo local. La expectativa es fuerte y tiene doble vía: la conservación y la conciencia en el cuidado de la naturaleza, y la mejora en la calidad de vida de las ciudades aledañas y de sus productores, trabajadores y vecinos.