PERSPECTIVA DE GÉNERO

Ni Una Menos y su impacto en los medios: qué cambió

Con aciertos y errores, la violencia de género se volvió un tema de agenda pública y encontró nuevas maneras de ser contada. Por Laura Giubergia

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14-06-2022

Ilustración Chelo Candia

?Tras una riña con Monzón, murió su mujer?, fue uno de los titulares que circuló en los medios, en febrero de 1988, cuando Alicia Muñiz fue arrojada desde el balcón por su pareja, el boxeador y excampeón Carlos Monzón, en la ciudad de Mar del Plata.

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Poner en la agenda informativa de los medios la violencia de género como una problemática social, estructural, histórica y cultural parecía un imposible: en el universo del crimen pasional, de la violencia doméstica y del ?no te metas?, resultaba lejano pensar en un enfoque que pusiera en contexto a ese último eslabón de una cadena que nada tiene de privado ni de sorpresivo.

De contar un crimen y escarbar en los detalles más íntimos de lo que alguna vez fue una relación de pareja, a teorizar sobre los alcances de una problemática que tiene muchas aristas y una complejidad de real magnitud. Poco a poco, con aciertos y muchísimos errores, un debate de otra dimensión se fue colando en las redacciones, de la mano de periodistas que ?con mayor o menor grado de resistencia? iban planteando nuevos enfoques a los que hoy llamamos perspectiva de género.

Y fue así que lentamente algunas cosas empezaron a cambiar: llamar femicidio a los crímenes de género; llevar conteos para poner en evidencia que no son hechos aislados; hacer foco en los violentos y no en las mujeres violentadas (qué hacían, qué ropa llevaban); intentar eliminar espacios de cosificación de las mujeres en los medios; acompañar a familias en sus reclamos, muchas veces solitarios, para acceder a un derecho, son sólo algunos ejemplos.

#NiUnaMenos, su masividad y su permanencia en el tiempo de una consigna que brega por cuidar y conservar el derecho más básico de las mujeres, su vida, puso en evidencia aquel hartazgo ante tanta crueldad. Y eso que era importante para la sociedad fue también noticia de tapa en los diarios.

No había cómo oponerse al reclamo, al pedido para que ?dejen de matarnos?. La corrección política se adueñó también de estas consignas, hubo una proliferación de espacios destinados a abordar las problemáticas de género incluso dentro de muchas instituciones, en algunos casos con un consecuente vaciamiento de contenido. Fue una consigna de la que todos querían participar, y mostrar su adhesión con una foto junto al hashtag #NiUnaMenos. Incluso los violentos lo hicieron.

Siete años pasaron de aquella impactante masividad, y la consigna no pierde vigencia: aunque con menor convocatoria, cada 3 de junio se replican marchas en las principales ciudades del país. La fecha se convirtió en una efeméride para hablar de cuánto se ha conseguido y cuánto falta aún por lograr para cumplir con el objetivo de erradicar todo tipo de violencia contra las mujeres.

Y a pesar de la corrección política no siempre acompañada de políticas reales, a pesar de que la frase fue usada muchas veces con fines que nada tienen que ver con la lucha de las mujeres, a pesar de que falta un montón para garantizar a las mujeres una vida libre de violencias, es loable cuánto se ha avanzado ?hacia adentro y hacia afuera? en los medios de comunicación.

Para pensar

Viendo en retrospectiva el femicidio de Alicia Muñiz entendemos cómo la perspectiva de género ha ido trazando algunos lineamientos en el tratamiento informativo que vuelven imposible imaginar un tratamiento semejante en la actualidad.

Comunicar con perspectiva es poner en evidencia que las mujeres en contextos de violencia no mueren, las matan. Y que jamás podría haber una ?riña? entre un boxeador campeón del mundo y su pareja, cuando las condiciones de desigualdad son abismales, y la violencia ejercida por Monzón era por todos conocida.

En aquel momento, la noticia fue ilustrada con una foto del cadáver semidesnudo de Muñiz, otra variable que se volvería inaceptable en el contexto actual.

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Redacción Mayo

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