Ilustración Daniel "Pito" Campos
“Es histórico, y mientras más pobreza y más desigualdad, mayores son también los indicadores de violencia. Y la violencia siempre tiene como destinatarios a los más frágiles: las mujeres, los niños o los viejos. Vemos con frecuencia que son víctimas de robos, de engaños, o de familiares que les usan el dinero”, ejemplifica Carlos Presman.
Para el médico, la prevención tiene que apuntar a erradicar la raíz de la violencia: “Hay formas de organización social que propenden a que haya menos pobres y menos desigualdad, y hay estructuras que no. Cambiar esa raíz y prevenir el maltrato es un éxito colectivo”, afirma.
Y sigue: “Hay que cultivar el espíritu inclusivo, ese que se pone en evidencia en sociedades con mejores estándares de vida. Así como hemos ampliado nuestra mirada en cuestiones relacionadas con la sexualidad, con el color de piel o las ideas religiosas, debiéramos ampliar esa diversidad a la población mayor”.
“Así como hemos logrado tener un cupo femenino, podríamos proponer un cupo para el adulto mayor, ¿no?”, bromea, para ejemplificar la necesidad de incluirlos desde el deporte, la sexualidad, el trabajo o el arte. “Eso mejora sus condiciones de vida”, acota.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió en junio de 2021 cifras sobre los alcances conocidos de maltrato a los adultos mayores, una problemática de salud pública, a sabiendas de que hay un porcentaje significativo de violencias que no se denuncian: 1 de cada 6 personas mayores de 60 años sufrió algún tipo de abuso en el último año en entornos comunitarios.
“El maltrato de las personas mayores es un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza”, explica la OMS en la publicación.
Y remarca: “Este tipo de violencia constituye una violación de los derechos humanos e incluye el maltrato físico, sexual, psicológico o emocional; la violencia por razones económicas o materiales; el abandono; la negligencia; y el menoscabo grave de dignidad y la falta de respeto”.
Tanto en entonos comunitarios como institucionales, predomina el maltrato psicológico, seguido por el abuso financiero en el ámbito comunitario; y también maltrato físico y negligencia en los espacios institucionales.
La organización internacional advierte una tendencia a que se incremente la violencia contra los mayores a nivel mundial, debido al rápido envejecimiento de las poblaciones y la escasez de recursos que atenta contra la satisfacción de las necesidades más elementales.
“Se prevé que para el año 2050 la población mundial de personas con 60 años y más se habrá duplicado con creces, pasando de 900 millones en 2015 a aproximadamente 2.000 millones, y que la gran mayoría de las personas mayores vivirá en países de ingresos bajos y medianos”, estima la OMS.
Y advierte: “Si la proporción de personas mayores que son víctimas de maltrato se mantiene constante, el número de víctimas aumentará rápidamente debido al envejecimiento de la población y llegará a 320 millones de aquí a 2050”.
