AGENDA PÚBLICA

¿Quién soy y de dónde vengo?

A finales de 2022 Abuelas de Plaza de Mayo confirmaron la recuperación de los nietos 131 y 132. La búsqueda de la verdad y la lucha por el derecho a la identidad siguen vigentes y requieren un compromiso colectivo. Por Florencia Sosa

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Florencia Sosa Florencia Sosa 13-01-2023

En la historia argentina, el derecho a la identidad fue vulnerado durante la dictadura cívico - militar a través de la apropiación ilegal y la sustitución de identidad de los niños secuestrados y de quienes nacieron en cautiverio.

La lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo logró incorporar a la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), los artículos 7, 8 y 11 que garantizan el derecho a la identidad y señalan la responsabilidad del Estado en tanto garante del cuidado integral de las infancias. En 1994 la CDN fue incorporada a la Constitución Argentina entendiendo a los niños como sujetos de pleno derecho. El derecho a la identidad de una persona incluye tanto su inscripción en el seno de una familia y la asignación de un nombre propio, como su inserción dentro de una comunidad, con su lengua, su cultura, su territorio y su historia colectiva. 

En 2005 fue sancionada la Ley 26.061 de Protección Integral de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, que establece la implementación de un Sistema de Protección Integral para la infancia y adolescencia. En concordancia con la CDN, esta ley reconoce en su artículo 11 el derecho a la identidad, en el artículo 12 establece la garantía estatal de identificación, y en el artículo 13, determina el derecho a la documentación.

La falta de un Documento Nacional de Identidad (DNI) pone en riesgo la vida de las infancias, ya que genera condiciones propicias para delitos tales como el tráfico de niños, la explotación sexual comercial y la apropiación ilegal. Además, los niños sin documentación no pueden ejercer sus derechos como ciudadanos, ya que su carencia dificulta el acceso y permanencia dentro del sistema educativo, de salud y para los beneficios sociales.

¿Cómo empieza la búsqueda de la identidad?

En 1992 el Estado argentino creó la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), un organismo dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. El objetivo de la CONADI es garantizar el derecho a la identidad e impulsar la búsqueda y localización de niños desaparecidos, hoy adultos, durante la última dictadura cívico - militar. 

De esta manera, cualquier persona nacida entre 1976 y 1983 que tenga dudas sobre su identidad o crea ser hijo/a de personas desaparecidas, puede acercarse a la CONADI, que abrirá un legajo para investigar su origen biológico, sin tener que iniciar una causa judicial en primera instancia. Además, para quienes tienen dudas pueden acceder, de manera gratuita, al análisis de ADN del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).

La Red por el Derecho a la Identidad tiene presencia en 40 ciudades de Argentina, y está conformada por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, instituciones, asociaciones civiles y profesionales. Además, la Red cuenta con sedes en España e Italia.  En la actualidad 132 nietos de todo el país recuperaron su identidad, mientras que muchos otros están a la espera de datos para la reconstrucción de la historia, y en el proceso cuentan con el acompañamiento del Centro de Atención Psicológica por el Derecho a la Identidad.

Nieto 131: hijo de Nadín y Quevedo

El 21 de diciembre de 2022, las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron la restitución de identidad de un nuevo nieto, hijo de los mendocinos Lucía Ángela Nadin y Aldo Hugo Quevedo. 

Lucía nació el 13 de diciembre de 1947, en la ciudad de Mendoza. Aldo, el 26 de noviembre de 1941, en la localidad de San Carlos, de la misma provincia. Se conocieron en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cuyo y a los seis meses se casaron. Lucía era profesora de francés, latín y griego, y trabajaba junto a Aldo en un taller de encuadernación en Mendoza. El matrimonio militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).

Luego de la detención de un compañero de trabajo, Nicolás Zárate, en mayo de 1976, Lucía, Aldo y Beatriz Corsino, compañera de Nicolás, se trasladaron a Buenos Aires. Entre septiembre y octubre de 1977, Lucía, embarazada de dos o tres meses, y Aldo fueron secuestrados en la ciudad de Buenos Aires, junto a Beatriz.

La pareja permaneció detenida en el centro clandestino "Club Atlético" y "El Banco". Por testimonios de sobrevivientes, pudo saberse que Lucía fue trasladada desde "El Banco" para dar a luz entre marzo y abril de 1978. Hay sospechas de que el parto podría haberse producido en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Desde entonces, no se supo nada más de la pareja ni del bebé.

La familia no sabía que Lucía estaba embarazada. Con el tiempo pudieron conocer la noticia, por información que les fue llegando, a través de personas que estuvieron con la pareja antes del secuestro. La denuncia formal la realizó el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) de Mendoza, en la CONADI. Y a partir de una investigación documental de la CONADI, el 23 de junio de 2004 se logró confirmar el embarazo de Lucía. Un año más tarde, la familia Nadin dejó su muestra en el BNDG. En marzo de 2010, la CONADI logró dar con el hermano de Aldo y se sumó su perfil al Banco.

En 2015, a partir de un trabajo de investigación de Abuelas y la CONADI sobre información aportada por la sociedad, se identificó a un hombre que se sospechaba podía ser hijo de personas desaparecidas. Luego de un análisis documental y el intento infructuoso por contactarlo, en 2019 la CONADI derivó la información a la Unidad especializada para casos de apropiación de niños durante el terrorismo de Estado.

En abril de 2019, la Unidad presentó la denuncia ante la justicia. El Juzgado Federal Número 4, a cargo de Ariel Lijo, logró localizarlo el 14 de septiembre de 2022 y lo invitó a analizarse, el hombre aceptó realizarse el estudio genético y logró confirmarse que es hijo de Lucía y Aldo.

Nieto 132: Juan José Morales

Juan José nació en 1975, es hijo de Mercedes del Valle Morales Romero, detenida - desaparecida el 20 de mayo de 1976 en Monteros, Tucumán. Pero estos datos básicos de su identidad les fueron ocultados hasta la muerte de sus apropiadores, cuando sus hermanos mayores le contaron que no pertenecía a la familia. Mercedes trabajaba en la finca de quienes luego fueron sus apropiadores.

Al conocer la verdad, recordó que en su adolescencia había encontrado en un cajón 3 documentos de identidad con su nombre y distintos apellidos, y con ellos se acercó al nodo Tucumán de la Red por el Derecho a la Identidad e inició la búsqueda junto a la CONADI. Uno de los documentos señalaba que Mercedes del Valle Morales Romero era su madre, lo que fue comprobado en 2008 mediante la constatación de los datos y gracias a los estudios de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).

Juan José pudo reencontrarse con su familia materna y descubrió que además de su madre, también secuestraron a sus abuelos, Toribia Romero de Morales y José Ramón Morales, y a sus tíos José Silvano Morales, Juan Ceferino Morales y Julio César Morales, que hasta hoy se encuentran desaparecidos. Fue una tía abuela materna de Juan José, Máxima Rita Romero de Morales quien, con el retorno de la democracia, denunció ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CoNaDeP) la desaparición de toda su familia.

A finales de 2022 el juzgado federal N°1 de Tucumán confirmó que no es hijo de la familia que lo crió. Juan José aún busca su identidad genética paterna. "Necesitamos que cualquier persona que haya conocido a Mercedes del Valle Morales Romero, que desapareció en octubre del 76, que haya sido compañero de militancia o de la vida, se acerque y se comunique con nosotros para ver si podemos identificar quién es el papá", dijo en la conferencia de prensa Claudia Carlotto, directora de CONADI.

"Esto para nosotros significa la comprobación de que las Abuelas de Plaza de Mayo en su estimación de 500 hijos de desaparecidos no está equivocada. Este es un caso que no había sido denunciado en Abuelas, que no estaba contabilizado como uno de los casos buscados y sin embargo, a través de las investigaciones se logró saber que había sido otro caso de sustitución de identidad y víctima de terrorismo de Estado, que era lo que nosotros necesitabamos determinar", comentí Claudia. 

Si creés que podés ser hijo o hija de personas desaparecidas durante la última dictadura cívico militar, completá este formulario. Si tenés información sobre un posible nieto podés comunicarte con Abuelas de Plaza de Mayo a través del mail: [email protected].

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Redacción Mayo

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