PANORAMA AGROPECUARIO

Agroalimentos: Latinoamérica avanza en el mercado “verde” que lidera la UE

Argentina trabaja en la eficiencia de los sistemas de producción, Chile adaptó con los productores el concepto de agricultura sustentable y en Uruguay intensificaron la producción, de modo de reducir el impacto ambiental. Por Alejandro Cuellar

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07-01-2022

La sostenibilidad ambiental es la nueva condición que imponen los mercados del mundo a productores y exportadores agroalimentarios. De la eficiencia de los esquemas sostenibles que se implementen en los países productores dependerá su nivel de competitividad internacional. El fenómeno se expresa particularmente nítido en la Unión Europea (UE), que impone estrictos  protocolos ambientales para la importación de alimentos.

En Latinoamérica hay experiencias avanzadas en este sentido, especialmente en Chile y Uruguay, donde la articulación pública-privada es la clave del éxito a la hora de responder las sugerencias y condiciones de los mercados externos.

En 2016, el Ministerio de Agricultura de Chile lanzó el “Protocolo de Agricultura Sustentable”, una serie de medidas adoptadas por el país a tono con las exigencias que les plantean los principales mercados internacionales a los productores. El documento plantea cuestiones muy específicas, tales como el monitoreo y uso de los recursos hídricos, aseguramiento de la sanidad animal, y manejo y conservación del suelo, entre otros. La adaptación a los requerimientos internacionales contó con la calificada opinión del sector privado.

En Uruguay rige la figura de la “intensificación sostenible” de la producción agrícola. El instrumento establece pautas incrementar la producción sin expandir el área de tierra y con reducción de impactos ambientales.

 

Pensar en “verde”

Las nuevas tendencias del mercado alimentario anticipan un considerable incremento en la demanda de productos saludables con desarrollos sustentables, avalados por certificados de calidad que garantizan origen y trazabilidad. 

En la actualidad, Argentina trabaja en el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles, procurando fortalecer la seguridad alimentaria de las futuras generaciones, promoviendo la aplicación de herramientas como el Sello Alimentos Argentinos, la Certificación Orgánica y las Denominaciones de Origen.

“Es clave el cambio en la forma de producir los alimentos, ya que podríamos reducir entre un 5 ó 10% las emisiones globales. El punto está en buscar la eficiencia en los sistemas de producción, tratando de que los nuevos productos sean más amigables con el medio ambiente”, comentó Rodolfo Bongiovani, coordinador de la Plataforma de Huellas Ambientales del INTA Manfredi.

En el caso de la PyMES, se impulsan procesos de “internacionalización” de la producción,  elevando los estándares de calidad de los productos argentinos a las exigencias de los nuevos escenarios internacionales. Para alcanzar ese objetivo, es imperioso resolver problemas de calidad para estar a la altura de los consumidores globales y poder cumplir con los requerimientos mínimos que establecen los países de destino y sus grandes cadenas de venta de alimentos.

Producir más alimentos con menos agua es actualmente uno de los mayores desafíos para la producción de alimentos de América Latina. En esa línea, los sistemas de riego permiten contar con producciones durante todo el año. “Un 13% de las tierras cultivadas en la región cuentan con riego artificial, a través del cual se consume casi el 67% del total de las captaciones de agua. En países como Argentina, Brasil, Chile, México y Perú el riego es un componente significativo de la producción agrícola, particularmente para los productos de exportación”, destacó el informe de UNESCO, de 2017.

 

Bienestar animal

La incorporación de tecnología es fundamental para cubrir importantes demandas como es el caso de la Huella de carbono, el mejoramiento de pasturas, la producción de verdeos invernales. 

“La puesta en funcionamiento de sistemas de riego por goteo subterráneo es indispensable para instrumentar sistemas de alimentación pastoril en feedlot, ya que el consumidor europeo demanda carne de animales alimentados en base a esquemas pastoriles. Es decir, dejamos atrás planteos de nutrición en base a harinas industriales para inyectar proteínas en base a alfalfas. Todo esto, acompañado por un ámbito de confort animal con calidad de agua,  componiendo así lo que es el Protocolo de Bienestar Animal”, explicó José María Roca del Frigorífico Logros, de Río Segundo.

El mercado europeo es el que cuenta con los consumidores más sensibilizados frente al impacto ambiental de los productos, donde 7 de cada 10 consultados se definen a sí mismos  como consumidores informados sobre la incidencia  ambiental de los productos que adquieren. La UE viene trabajando intensamente en torno al “Pacto Verde Europeo”, con el objetivo de convertirse en 2050 en el primer continente climáticamente neutro, para lo cual hay varias metas de contaminación del suelo, el agua y el uso de químicos vinculados al mercado agropecuario que deben estar resueltos en 2030.

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Redacción Mayo

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