El fuego en la provincia de Corrientes afectó a 1.042.514 hectáreas, lo que equivale al 12% de su superficie, según lo confirmó el Grupo de Recursos Naturales de la Estación Experimental Agropecuaria correntina. El perjuicio económico que surge de los sectores de la producción sería de 69.056 millones de pesos, cifra que incluye algunos rubros que impactarán en el próximo ejercicio, de acuerdo a un informe de la Sociedad Rural de Corrientes.
Los daños provocados por el fuego fueron significativos para todas las cadenas productivas de Corrientes.
Uno por uno
En arroz, se sembraron para la campaña 2021/22 96.000 has o el equivalente al 45% de la superficie nacional. Se estima una pérdida de 200 millones de toneladas. Es el 25% de la producción y cuyo valor llega a los 24.840 pesos la tonelada. Resta por cosechar el 50% del cultivo y de no mediar un buen nivel de precipitaciones, la productividad podría caer aún más. En términos generales, se perderían unos 4.968 millones de pesos.
La citricultura comprende un área de 30.000 has, distribuida sobre dos cuencas. La zona de Bella Vista, Concepción y Mburucuya son 9.000 hectáreas donde predomina mayormente el limón. Monte Caseros y Mocoreta conforman la segunda zona con 21.000 has implantadas con citrus dulce.
En la cuenca limonera, se perdieron 72 millones de kilogramos de fruta. Es el 50% de la producción por un valor cercano a los 1.800 millones de pesos. El recorte en el sector fue de 8.000 Kg por hectárea. El costo de implantación por hectárea aproximado es de 300 mil pesos. La cosecha de otoño/invierno, estimada en unas 50.000 toneladas, arrojará una pérdida de 200 millones de pesos.
En el otro valle, el daño climático fue más leve por mejores registros pluviométricos. Está concluyendo la zafra 2021, cuya mercadería se podrá inyectar sólo en el sector industrial por su calidad inferior. En este cuadro, la caída en la rentabilidad será de 240 millones de peso, por menor valor de precio por menor calidad de la fruta. Observadores del sector señalaron que “el perjuicio se prolongará en el tiempo, comprometiendo las zafras 2022 y 2023. La caída en la rentabilidad aproximada sobre la sumatoria de los dos ciclos, será de 941 millones de pesos.
En forestación, según cálculos oficiales, se quemaron 39.665 has. El daño económico es de 19.200 millones de pesos. El costo de recomposición de las has quemadas es de 5.950 millones de pesos. Sólo en el área de resinado, el fuego afectó a 2.000.000 de plantas por un valor cercano a los 2.240 millones de pesos. Corrientes posee 550.000 has implantadas con pinos y eucaliptus.
La yerba mate ocupa unas 60.000 has cultivadas en la provincia. Es el 30% del total nacional. Se calcula un retroceso del 50% de la producción. Son 76 millones de kilos de hoja verde, por un monto aproximado a los 3.800 millones de pesos.
En materia ganadera, Corrientes posee un rodeo de 4.600.000 cabezas. Es el cuarto stock nacional después de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. La quema produjo recortes muy significativos en la rentabilidad del negocio. El total de kilogramos de carne perdidos suma 12.678 millones de pesos. La valorización por total de cabezas pérdidas es de 10.422 millones de pesos. En infraestructura, solo en el rubro alambrados el costo es de 4.711 millones de pesos.
Desastre
El dramático escenario impulsó al gobernador Gustavo Valdés a declarar el estado de desastre agropecuario, otorgando herramientas de beneficio fiscal y de asistencia técnica y financiera a los productores locales.
En esa misma dirección, el Gobierno Nacional triplicó el presupuesto destinado al Servicio Nacional de Manejo del Fuego aportando 6.700 millones de pesos para 2022.
El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, firmó un convenio con ese estado provincial para otorgar Aportes No Reembolsables por 200 millones de pesos. Además desde el Ministerio de Desarrollo Productivo se comprometieron con fondos del programa FONDEP con otros 500 millones de pesos.
Por otra parte, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sugirió establecer prácticas de manejo del bosque, de los pastizales y de las plantaciones forestales que minimicen el riesgo de incendios, y desarrollar estrategias del manejo del combustible, alertas tempranas, detección de focos y control del fuego apenas se inicia, ya que una vez que se desata el incendio, el daño ambiental que produce es irrecuperable