El abastecimiento de fertilizantes viene sufriendo severos aumentos de precios en el marco del conflicto en Ucrania. El actual contexto genera inquietud en sectores de la producción ya que el producto se fabrica en el ámbito de los países implicados en la guerra y se especula con el inicio de recortes en la comercialización.
Para tener un marco de referencia, el consumo agropecuario de fertilizantes en Argentina durante 2020 fue de 5.286.587 toneladas (tn). De ese volumen, se importaron 3.918.165 tn. La producción nacional aportó 1.895.000 y se vendieron al mundo 77.423 toneladas.
La urea fue el insumo más demandado por las empresas, con 2.074.028 tn. En segundo lugar se ubicó el MAP (materia prima para formulador), con 1.060.364 tn. El MAP es un fertilizante especializado, que aporta nitrógeno y fósforo en los procesos, siendo menos agresivo con las semillas.
“En 2021, se importaron fertilizantes por un valor cercano a los 265 millones de dólares. La Argentina adquiere el producto sin que existan acuerdos comerciales sostenidos a nivel bilateral ni regímenes de promoción que faciliten la producción nacional y la importación de esta herramienta clave para la producción agrícola”, consideraron técnicos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
“El problema de los fertilizantes es sin dudas la importación de gas y de fósforo. En materia de urea, podríamos decir que todavía se puede hacer aquí y se puede vender pero los valores son muy elevados. La tonelada de urea oscila los 1.500 dólares por tonelada. Habría disponibilidad, pero las condiciones son de contado, ya que no hay financiamiento. En el caso del fósforo no hay certeza de lo que puede pasar, ya que depende exclusivamente de Rusia y, en este caso, estamos complicados. Hay algunos microelementos que corren la misma suerte. La situación es delicada, ya que ni los proveedores ni los clientes sabemos qué hacer todavía. Con la urea se va a formar un cuello de botella, como ocurrió con el combustible con impacto en el trigo. Hay dudas sobre la siembra con el agravante del factor lluvia”, opino José Cueva de la compañía El Triunfo S.A. de Oncativo.
Socios en problemas
El nuevo escenario fue motivo del encuentro del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, con su par de brasileño, Marcos Montes Cordeiro en Brasilia. “Argentina y Brasil somos socios estratégicos y líderes a nivel mundial en términos de producción agro-bioindustrial. Debemos ir en conjunto hacia el autoabastecimiento de fertilizantes para garantizar a nuestros productores los insumos necesarios”, dijo el funcionario argentino.
Por otra parte el Gobierno de Brasil, lanzó el Plan Nacional de Fertilizantes (PNF) con el propósito de aumentar la inversión en la producción y reducir la dependencia del país sudamericano de las importaciones del producto utilizado en agricultura. La iniciativa busca reajustar el equilibrio entre la producción y las importaciones con el potencial de convertir a Brasil en protagonista del mercado mundial.
El Plan pretende reducir la dependencia de Brasil de los fertilizantes importados y atenuar las vulnerabilidades que derivan de los insumos que llegan desde el exterior.
El Ministerio de Agricultura brasileño procura reducir del 85% al 45% el vínculo con las importaciones para 2050, aunque se duplique la demanda.
La confrontación en el Este de Europa ha instalado el tema del fertilizante en el centro de un debate de características económicas, políticas y de producción en Argentina. El incremento de los costos probablemente repercutirá en el precio de los alimentos, inyectando mayor presión inflacionaria.
El tema tiene entre las cuerdas a todo el arco político nacional justamente cuando el país necesita duplicar el consumo de fertilizantes, para asegurar en el mediano plazo la productividad de los sectores agrícolas en todo el territorio nacional.
