DIÁLOGOS

Estacioneros de todo el país no descartan nuevos episodios de desabastecimiento

El presidente de CECHA, Gabriel Bornoroni, explicó que aún persiste la existencia de cupos para la compra de combustibles. “Sucede que como ha caído la demanda no se nota, pero cuando se recupere la actividad, es muy probable que vuelvan a aparecer los problemas”, aseguró. Por Cecilia Pozzobon

gabriel bornoroni-web dialogos
gabriel bornoroni-web dialogos Gabriel Bornoroni
12-10-2022

La Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de Argentina (CECHA) es la única institución gremial empresarial de tercer grado que integra a las Federaciones, Asociaciones y/o Cámaras de Expendedores de Combustibles de las provincias, que a su vez reúne a las estaciones de servicio de todo el país, cualquiera sea la bandera e incluso también a las denominadas blancas.

Fue fundada el 10 de noviembre de 1965, y desde entonces procura promover el desarrollo de la actividad comercial de los combustibles, mediante la orientación y defensa de los intereses comunes a la actividad.

Hace un par de meses atrás estuvo en el centro de la escena mediática y política nacional cuando se sucedieron faltantes de combustible, sobre todo de gasoil debido a la decisión del Gobierno nacional de no autorizar importaciones para resguardar los dólares que también escasean.

“Hay que tener en cuenta que en Argentina falta el 20% del combustible que se consume. Ese porcentaje lo deben importan las petroleras”, indicó a Redacción Mayo el presidente de CECHA, el cordobés Gabriel Bornoroni (surgido de la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República - Fecac-). 

Allí también hay responsabilidad de las empresas. Según indicó, como las petroleras importan el combustible más barato del precio que tiene en el país, “lo tienen que vender más barato del valor fijado en el mercado, por tanto no quieren importarlo. Por eso aparece el desabastecimiento”.

Consultado respecto de cómo está el nivel de ventas del combustible en todo el país, Bornoroni precisó que en agosto se observó una caída del 4% comparativamente con julio (último dato disponible) y esa situación se viene dando en los últimos meses. 

En efecto, de acuerdo al relevamiento sobre expendio de combustibles que elabora la CECHA todos los meses, la merma intermensual se viene registrando desde mayo pasado. “Durante lo más profundo del desabastecimiento se vendió un poco más, creció la venta, pero después volvió a caer”, dijo para recordar que el volumen total de combustibles líquidos vendido en el canal minorista argentino se redujo durante julio un 3,1%, con caídas en 18 de las 24 jurisdicciones provinciales. 

“Esto es una señal de alerta para nuestro sector, que viene sufriendo desde la recesión de 2018 y hoy sobrevive en un contexto totalmente hostil, marcado por la falta de políticas energéticas claras y con rumbo incierto, la inflación y los precios pisados en los surtidores”, explicó Bornoroni que, al mismo tiempo, advirtió: “si la demanda se corre y vuelve a crecer, aunque sea un 1%, vamos a volver a tener desabastecimiento”.

Persisten los cupos

El presidente de CECHA refirió que se reunieron con la nueva secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royón, a quien le explicaron la persistencia de “los cupos”. 

“Ella no lo sabía, pensaba que estaba solucionado el tema. Le explicamos que solucionado va a estar cuando cualquier estacionero le pida combustible a la compañía petrolera de cualquier bandera y ellos pregunten cuánto querés. Acá ellos te dicen cuánto es lo que se puede comprar en función del volumen que cada uno viene consumiendo. No se puede comprar ni un litro más. Es decir, estamos con cupos. Eso va a hacer que en algún momento en el que la demanda se corra volvamos a tener desabastecimiento”, indicó. 

Y agregó: “Sucede que como ha caído la venta no se nota, pero cuando se recupere la actividad, cuando se acerque la fecha de nuevas cosechas, por ejemplo, es muy probable que vuelvan a aparecer los problemas”.

Pérdida de rentabilidad

La situación llevó a que las empresas expendedoras registren problemas de rentabilidad, tanto que hasta llegó a hablarse en los medios de comunicación de un cierre masivo de estaciones de servicio.

Si bien Bornoroni aseguró que esa definición se instaló desde el periodismo y no es real, reconoció que el 48% de las estaciones de servicio del país está trabajando por debajo del punto de equilibrio. “Eso lleva a que se empiece a ver la falta de inversión”, aseguró y explicó: “Las estaciones de servicio necesitan un restyling cada tres años más o menos. Esas no se están haciendo, es decir, ya no se compra pintura, no se cambia la ropa del personal y el equipo de trabajo, se compran menos insumos, se empiezan a restringir algunos gastos que en otros momentos no eran necesario restringir, o de lo que se necesita se compra un poco menos porque sino no llegamos a cubrirlos todos”.

Sucede que, según detalló, el negocio de las estaciones de servicio radica en la venta del volumen de combustible, más que en el porcentaje de una comisión alta. “Tenemos comisiones bajas como las de las ventas de cigarrillos, por dar un ejemplo, pero al vender mucho volumen es allí donde está la diferencia. Para el caso de que nos restrinjan el volumen, o nos fijen un cupo, nos están sacando la posibilidad de hacer la diferencia”, explicó.

Argentina en la región

A principios de septiembre, una comitiva de dirigentes de la CECHA participó de la 59º Conferencia de la Comisión Latinoamericana de Empresarios del Combustible (CLAEC) que se llevó a cabo en Montevideo, Uruguay, con la presencia del presidente, Luis Lacalle Pou, y algunos de sus ministros, entre ellos el de Energía y Minería, Fitgerald Cantero.

La oportunidad sirvió para conocer la realidad de Argentina en relación al resto de los países de la región. 

En ese sentido y consultado por Redacción Mayo, Bornoroni indicó: “En todos los países excepto en Bolivia y Argentina, los precios de los combustibles acompañan la coyuntura del país y del mundo. Tenemos ideologías medio parecidas con Bolivia en cuanto al freno en los precios, lo cual rompe el mercado. Las consecuencias que trae eso son las mismas que en Venezuela”.

Así se refirió al mencionar que las comparativas se hicieron con las delegaciones presentes de República Dominicana, Costa Rica, México, Brasil, Bolivia, Uruguay, Paraguay, entre otros. 

“Venezuela era uno de los mayores productores de petróleo del mundo y cuando empezó a intervenir en el precio se dejaron de hacer inversiones. Acá en Argentina intervienen en los precios sin un plan a largo plazo, lo que nos impide hacer inversiones en la mina de oro que muy pocos países del mundo tienen, y es Vaca Muerta”, indicó. 

Y reforzó: “Nadie invierte porque cuando invierten y sacan el oro después el Gobierno lo hace vender como si fuera cobre. Entonces, los inversores, en vez de perforar en Vaca Muerta se van a perforar a Brasil, por ejemplo, y después nos venden el producto terminado por lo que se van nuestros dólares, lo que genera inflación”. 

La CLAEC fue el espacio en el que las distintas delegaciones se refirieron a la rentabilidad del sector.

En el caso argentino, y tal y como detalló Boronoroni, se hizo hincapié en el impacto de la inflación con desvalorización continua del peso, que provoca un fuerte retraso de los ingresos respecto a los elevados egresos que una boca de expendio debe afrontar.

Allí, se cuestionó las medidas llevadas a cabo por el Gobierno, de mantener por un lado los precios congelados durante ocho meses sin variaciones, y por otro contener el valor de los impuestos a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono.

CECHA entiende que ambas decisiones fueron equivocadas, pues se basaron en la idea de que la actualización repercute inmediatamente en la aceleración de la inflación. Sin embargo, demostraron que a pesar del congelamiento ocurrió una fuerte suba de los artículos de la canasta básica de alimentos, y se ocasionó grandes consecuencias negativas en sectores como la explotación agrícola, industrial y de transporte, tal el caso del gasoil y diésel oil, cuya importación es necesaria para completar la demanda insatisfecha.

“Algo simple: si tuviéramos un plan energético a largo plazo que sea transversal a todos los gobiernos, sin importar el color político, nosotros los argentinos lo respaldaríamos y podríamos tener precios diferenciales reales (porque ahora el precio diferencial está subsidiado) ya que se trataría de un producto nuestro, y el resto exportarse, y con lo que se exporta, pagar la diferencia que los estacioneros dejan de percibir en el mercado interno”, ensayó y agregó: “Pero acá no pasa eso, pisamos el precio y terminamos pagando la diferencia cuando vamos a comprar el pan. Acá nadie viene a invertir porque cuando el precio interno del barril de petróleo está a 60 dólares y en el mundo está en 10 dólares, nadie viene”.

Transición hacia lo verde

Consultado respecto de las acciones y programas de los gobiernos en relación a la transición energética, Bornoroni indicó que “aplaude” al gobierno provincial de Juan Schiaretti, “porque le puso mucha voluntad”. 

“Yo voy siguiendo mucho a los legisladores nacionales por Córdoba para saber cómo votan cada una de las leyes. Ellos apoyaron e hicieron extensivo nuestro reclamo en relación al retroceso que se hizo en materia de biocombustibles a nivel nacional, con la disminución del corte, que trajo aparejado después el desabastecimiento”, explicó. 

“Una de las cosas que nosotros le decíamos al Gobierno nacional, cuando por ese entonces estaba Darío Martínez en la Secretaría de Energía, era que aumentara el corte con biocombustibles, porque así le dábamos trabajo a los cordobeses, a los salteños, jujeños, santiagueños, santafesinos y la plata no se va, queda en la Argentina. Se aumentó, a duras penas y después de que pasó mucho de lo que ya hablamos, pero no vemos que eso tenga que ver con una política de ir hacia un corte mayor para generar mayor trabajo argentino, para generar independencia energética nacional por un lado, y por el otro, ser un poco más verdes”, refirió. 

En ese sentido, reflexionó: “Parece haber un doble discurso: vamos hacia los autos eléctricos, hacia lo verde, pero no se aumenta el corte de los combustibles con energías limpias”. 

Según su análisis, la falta de voluntad del Gobierno nacional para aplicar un aumento del corte tiene que ver con que los biocombustibles no pagan impuestos, es decir, el Estado nacional no percibe nada de esa producción por lo que para aumentar la recaudación en su momento, bajaron el corte. Luego vino la crisis y el desabastecimiento por lo que no tuvieron más que subirlo. “Pero hay que estar a la expectativa -alertó- porque este nivel de corte es con un plazo perentorio”.

Sobre CECHA

Agrupa a 18 cámaras provinciales (de las 24 jurisdicciones del país) y representa a 4.500 estaciones de servicio de las 5.100 que están inscriptas en Argentina y dan trabajo a 75.000 personas.
 

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Redacción Mayo

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