DIÁLOGOS

"No hay posibilidades de encaminar soluciones sin conflictos”

Isaac Rudnik es director del Instituto de Investigación Social Económica y Política (ISEPCI) y se dedica a generar producción teórica y científica en el campo de las Ciencias Sociales. Por Jonathan Raed

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isaac rudnik-web Redaccion Mayo
11-11-2022

En diálogo con Redacción Mayo, Rudnik planteó que la neutralidad no es una opción para salir de la crisis económica y que el Gobierno deberá definir “con quién tendrá los mayores conflictos”.

-¿Cuál es el problema principal de la economía argentina?

-Obviamente, la respuesta no es neutra; no es ajena al lugar en dónde te parás. En ISEPCI, nos paramos en el seguimiento que hacemos de cómo evolucionan los ingresos de los sectores populares; en cómo evoluciona en esta sociedad la brecha entre los que más tienen con respecto a los que menos tienen. Hoy en día, dentro de los niveles de pobreza hay también grandes niveles de indigencia. Esta situación atraviesa a todo el Gobierno de Alberto Fernández. Por supuesto, hay en el medio una pandemia y una guerra posterior que impiden un desarrollo favorable o, por lo menos, lo condiciona. Sin embargo, si bien en el primer año de la pandemia tuvimos un estancamiento y decrecimiento del Producto Bruto Interno (PBI), en 2021 la recuperación fue del mismo orden y durante el primer semestre de este año la recuperación continuó. Sin embargo, la pobreza no bajó en la misma proporción. Y la indigencia no solamente no bajó, sino que subió De esta forma, se consolida un modelo en el que crece la torta, pero se distribuye de una manera cada vez más inequitativa.

Claramente, se puede hablar de una pobreza estructural. Hasta 2015, estuvo consolidada en el orden del 20 y 25%. Lo más alarmante es que ahora estamos consolidando niveles de pobreza de por lo menos diez puntos más, entre el 35 y 40%. Pero además con la irrupción de la indigencia, que es consecuencia de la situación de inflación y de aumento constante de los alimentos.

-¿Cómo se puede vencer a la inflación? Los últimos tres gobiernos han intentado por distintas vías y con distintas recetas, pero no han podido resolverla. ¿Qué se puede hacer?

-Hay una situación de relación directa entre la consolidación de un modelo distributivo que permite que los sectores más concentrados se vayan apropiando de los mayores recursos, con la imposibilidad del Estado de imponerse ante esos sectores y redistribuir. Hay una relación directa con la inflación porque este modelo consolida el poder de esos sectores. Consolida la posibilidad de que esos sectores tengan un manejo cada vez más independiente de las orientaciones del Estado y puedan desoír al Gobierno. Entonces, cuando el Gobierno plantea mecanismo de control de precios, no es que fallan los controles, es que no se pueden ejercer. El congelamiento no se puede imponer porque los sectores concentrados se oponen abiertamente y no cumplen con esas orientaciones. Por ejemplo, si acuerdan que un determinado producto tiene un determinado precio y luego las empresas ponen cuarenta gramos más y burlan la medida, es una manera abierta y descarada de desoír. Y no tienen ningún problema en rearmar los envases y las etiquetas. Sin embargo, cuando el Gobierno les propuso que figuraran los precios en los envases, sacaron el argumento de que eso era muy difícil de concretar porque cambiar los envases era un proceso muy largo y costoso. Lo mismo con el etiquetado frontal, que tampoco lo cumplen.

-¿El Gobierno tendría que adoptar una posición muy imperativa para contrarrestar eso?

-Está claro que la política antiinflacionaria no pasa exclusivamente por el control de precios. Hay una diversidad de causas que deben ser abordadas integralmente. Pero si vos estás preocupado por la dificultad que la inflación produce en los sectores de menores ingresos, entenderás que la conformación de precios sí es la medida más urgente. Por eso, planteamos como una propuesta urgente, insustituible e impostergable el congelamiento de precios transitorio de los productos de la Canasta Básica Alimentaria. Así mismo, no hay posibilidades de llevar adelante una orientación en ese sentido sin conflictos con los grandes formadores de precios, con los sectores más concentrados. Y esos sectores son los que se han beneficiado y se siguen beneficiando con este proceso inflacionario que empobrece al resto de la población.

-Se habla mucho hoy en día de planes sociales, de los subsidios, del Potenciar Trabajo. ¿Ayudan a contener la pobreza? ¿Son un gasto a eliminar?

-La situación en la que estamos inmersos está marcada por un modelo económico que no tiene hoy capacidad para dar respuestas a toda la población; sobre todo, a los sectores que se van empobreciendo. Ante esta tendencia, hay que tomar medidas de emergencia. Las transferencias de renta desde el Estado son indispensables y son insustituibles porque no estás en condiciones, con este modelo, de generar empleo con remuneraciones dignas.

-Se ha deteriorado mucho el salario en los últimos años. ¿Cómo se hace para revertir eso?

-Hoy, tener un trabajo no te garantiza estar por encima de la línea de la pobreza. Por ejemplo, los profesionales de la salud, entre los cuales están los médicos, llevan siete ocho años de estudio, están haciendo la residencia y están ganando entre 95 y 120 mil pesos, en el mejor de los casos. Y no se está verificando una tendencia de oferta y demanda en el mercado de trabajo de aumento de empleo y aumento de salario. Cuando aumenta el empleo, suben los salarios. El desempleo ha bajado, está en términos históricamente bajos, pero las remuneraciones son bajísimas. Incluso, en el sector registrado.

-¿Cuál es la influencia del dólar en la ecuación económica argentina?

-En estos días, se está verificando una nueva situación compleja con respecto a las reservas del Banco Central. Son muy reducidas y resulta muy complicado enfrentar una corrida. Entonces, por ejemplo, ahora están pensando en un nuevo 'dolar soja', para recaudar dólares. Nuevamente, estamos negociando subsidios para los sectores más ricos del país. En paralelo, se negocia también con las organizaciones sociales la provisión de alimentos para comedores y merenderos populares. Se discute la calidad de los productos que provee el Ministerio de Desarrollo Social a los comedores y merenderos. Son dos problemas serios, pero uno es más urgente que el otro.

-En medio de este panorama, están los requisitos del FMI. ¿Cuál pensás que es la incidencia del FMI en la política económica actual?

-El acuerdo con el FMI pone un cepo a la política económica. Pone un cepo al gasto en general y a la necesidad de mantener una recaudación que permita sostener los pagos con los acreedores. Pone una serie de parámetros de los cuales el Gobierno no puede salir. Esos parámetros no son impulsores del crecimiento, sino del ajuste.

-¿Y cómo se hace para salir de todo este berenjenal?

-Este es un país fragmentado en el que hay sectores con diversos niveles de ingresos y de necesidades. El tema es si el Gobierno representa a los sectores con necesidades más imperiosas o a los sectores más concentrados. Con quién va a tener los mayores conflictos. En una sociedad tan fragmentada como la nuestra, no hay posibilidades de encaminar soluciones sin conflictos. La decisión a tomar es con quién vas a tener los mayores conflictos.

En un principio, este Gobierno intentó favorecer a los sectores de menores ingresos. Después, fue virando y hoy está cada vez más comprometido con los sectores más concentrados.

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Redacción Mayo

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