La comunidad rural aporta el 13% de los productos de exportación. El complejo agroindustrial, define la posición social y económica de los ucranianos.
Ucrania está situada en la parte central de Europa y ocupa una posición geopolítica favorable. Es el segundo país de la UE con características apropiadas para la actividad agrícola con 63.700 kilómetros cuadrados de extensión territorial.
Su participación en la producción mundial con muchas clases de productos agrícolas es notable. La superficie de sus tierras cultivadas es de 31,4 millones de hectáreas, superior a la suma de las tierras de cultivo de Francia y Alemania. En Europa, la agricultura ucraniana detenta el primer lugar en la producción de papas, el tercer lugar en la producción de cereales y remolacha azucarera, y el cuarto lugar en la producción lechera. Es el segundo país de la UE con características apropiadas para la actividad agrícola después de Moldavia.
La comunidad agrícola es la tercera parte de la población de Ucrania y vive en zonas rurales. Un 25 por ciento trabaja en el sector agrícola, creando más del 20 por ciento del costo total agregado y proporcionando alrededor del 13 por ciento de las exportaciones del país.
En términos competitivos, Ucrania es el noveno productor mundial de trigo, el quinto de maíz y el octavo de algodón. Es el principal proveedor de granos entre los países de Europa y además, controla los precios de las materias primas alimentarias. El 55% de su territorio está ocupado con emprendimientos vinculados a la agricultura y se destaca por la calidad de sus tierras, de las mejores en toda Europa.
“El país cuenta con todas las condiciones necesarias para un desarrollo acelerado del sector agrícola de la economía; existen los mecanismos de ayuda estatal a la producción agrícola, y se ha aplicado una política impositiva estimulante. Se ha formulado una legislación básica (con más de 50 actos legislativos) sobre privatización y reforma de la propiedad de las tierras, coparticipación y otros puntos del desarrollo agrícola. El proceso de privatización está prácticamente terminado en el sector”, dijo el Ministro Adjunto de Políticas Agrícolas ucraniano Ivan M. Demchak.
En los últimos cinco años Ucrania ha liberado casi completamente su política agrícola. Ha abandonado la gestión directa de las empresas agrarias y la ayuda material que les proporcionaba el estado, y actualmente desempeña sólo algunas funciones normativas de sus actividades utilizando exclusivamente métodos de mercado
Según el portavoz de la Junta de Exportación de Ucrania, en 2018 el valor de la producción agrícola ucraniana llego a USD 33.200.000 millones y en materia de ganadería USD 7.732.700 millones.
El complejo agroindustrial ucraniano sigue siendo un sector sumamente importante dentro del esquema económico. Define en gran medida la posición social y económica de la sociedad, la seguridad alimentaria del estado y el desarrollo estable del país.
En Ucrania temen que la agresión rusa, impacte en zonas agrícolas importantes como Jarkov, Dnipropetrovsk o Zaporizhzhia ubicadas en cercanías de las zonas en disputa de Luhansk y Donetsk, provocando un escenario crítico para las cosechas cuya consecuencia sería la provocación de una gran escasez de cereales.
El escenario de la guerra comienza a mostrar las primeras consecuencias con el incremento de los precios de los alimentos o de insumos fundamentales que impactan en el resto de Europa, como los fertilizantes, el trigo y el maíz.
“En el caso de los fertilizantes, el precio está subiendo desde el inicio de la pandemia y ha alcanzado máximos históricos. Uno de los motivos de la estampida, es el costo del gas, un componente necesario para su fabricación y cuya escasez terminó obturando la oferta,” informó la agencia Bloomberg.
Por otra parte, observadores de la industria, señalaron que “el costo podría elevarse aún más debido a que Rusia es uno de los principales productores a nivel mundial de fertilizantes baratos”.
El actual conflicto se desarrolla en medio de la publicación del índice de precios alimentarios mundial, que confecciona la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cuyos resultados arrojan los índices más altos de la última década.
Los desajustes en materia de logística que genera cualquier conflicto de estas características terminan afectando el flujo comercial, ralentizando o interfiriendo el normal traslado de los comestibles disparando la irremediable suba de precios. De modo que, la detonación de los sistemas logísticos más la falta de fertilizantes son la combinación perfecta para que la onda expansiva se refleje a nivel global.
