La industria verde

Cuando marihuana y cannabis no significan lo mismo

En Argentina conviven políticas públicas contradictorias en cuanto al uso y la persecución de esta droga. Punitivismo, salud y recreación, en un mismo debate que desde hace años no logra anclar en una discusión responsable. Por Juan Federico
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28-10-2021
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Ilustración Daniel "Pito" Campos

 

En Argentina operan, de manera simultánea, dos discursos oficiales en torno a la marihuana y el cannabis. La mirada punitiva narco convive con los beneficios del uso medicinal y el debate siempre latente sobre su consumo recreativo. 

En 2017, bajo el gobierno nacional de Mauricio Macri, se aprobó la Ley 27.350, que autoriza el uso terapéutico y paliativo del cannabis, que fomenta el autocultivo y obliga a las obras sociales a garantizar el aceite de marihuana a los pacientes que lo necesiten para sus tratamientos, entre otras cuestiones. La letra chica de esta norma se reglamentó recientemente, tres años después, ya con la firma de Alberto Fernández. 

En las últimas semanas, en medio de la vorágine post elecciones PASO, la crisis que siempre nos enseña que puede ser peor y las discusiones estériles de los políticos autóctonos especializados en no decirse nada realmente importante, hubo dos episodios clave sobre el avance del cannabis fronteras adentro que pasaron casi inadvertidos.

Por un lado, en la ciudad de Córdoba, el 17 de septiembre la Justicia federal absolvió a un productor de aceite de cannabis que durante cuatro años estuvo acusado de narcotráfico. 

Por el otro, el 4 de octubre, 50 pacientes con enfermedades neurológicas recibieron en un hospital de la ciudad de Perico el aceite de cannabis elaborado por el Estado jujeño.

En menos de 20 días, el Poder Judicial y un Estado provincial terminaron por darle forma práctica y  concreta a una realidad que desde hace tiempo venía exigiendo otra mirada federal. Si no fuera el país de las urgencias, se podría escribir que en octubre de 2021 algo cambió para siempre en Argentina en cuanto a la mirada sobre el cannabis.

 

Un caso testigo

Hace poco más de cuatro años, en julio de 2017, el mundo era otro y la pandemia por el coronavirus sólo podía figurar en la mente de algún guionista de ciencia ficción. En plena peatonal del Centro de la ciudad de Córdoba, Daniel Landgren se animaba a revolver a una sociedad con una marca más bien conservadora: inauguraba lo que él llamaba “el primer local del país de cannabis medicinal”. Aceites y cremas derivadas de la marihuana, fabricados de manera casera, que eran requeridos por clientes que los utilizaban para tratar diversas dolencias. Algunos con alguna indicación médica y otros sin ningún control, buscaban esos ungüentos y preparados que se elaboraban por fuera de cualquier control estatal.

Un día después, los agentes encapuchados y armados para la guerra de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) allanaron su local. Nacía entonces, la historia judicial de un absurdo. 

“Fabricación y preparación de estupefacientes en dosis destinadas al consumidor”, fue la imputación que le calzó un fiscal provincial cordobés del fuero contra el narcomenudeo. Hubo apelaciones, trámites y dilaciones judiciales, hasta que el expediente pasó al fuero federal, donde en teoría se investiga al verdadero narcotráfico.

Consultado por Redacción Mayo, el fiscal que actuó en el juicio, Carlos Gonella, explicó que no se trató de un juicio más en su carrera: “El caso Landgren me dejó muchas enseñanzas en lo profesional y en lo personal. Desde cuestiones geopolíticas, prejuicios, conocimientos científicos, de política pública, de regulaciones, dramas personales y sociales que involucra a niños, todo esto junto”.

Y trazó una descripción sobre cómo cambió la mirada judicial a partir de este caso. “Daniel Landgren fue acusado de haber producido estupefacientes. La venta de cannabis para el uso recreativo, está prohibida en Argentina. Pero la producción de cremas y aceites con base de cannabis con destino terapéutico se ha ido regulando de a poco en el país, al igual que en otros países. En esta causa, el acusado explicó que él llegó a extraer la resina del cannabis a raíz de un cáncer que tenía su madre, que le provocaba mucho dolor, lo que lo llevó a ponerse en contacto con diferentes claustros académicos y científicos para extraer la resina de la flor a través de un procedimiento con inmersión en alcohol y calentamiento en baño maría, para luego diluirlo en aceite vegetal. Luego comenzó a aplicarlo en niños con casos graves de epilepsia refractaria, que ante la desesperación los padres acudieron a verlo a Landgren y obtuvieron un paliativo que redundó en una mejor calidad de vida para sus hijas e hijos”. 

Y continuó: “También declararon médicos que los utilizan para reducir dolores agudos, como el doctor Roberto Pierantonelli , del sur del país (Neuquén), autoridades del Anmat que regula la autorización del cultivo de cannabis con fines científicos y medicinales. Y también declararon el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y del jefe comunal de Villa Ciudad Parque, Pablo Riveros, quienes ya desde el punto de vista estatal están desarrollando líneas de producción del cannabis con fines medicinales. Toda esta variada gama nos permite mostrar un nuevo uso del cannabis, estamos ante un nuevo paradigma de la ciencia y de la medicina, que ya ha corroborado los usos beneficiosos de esta sustancia. Aunque también se vieron muchos prejuicios de una parte de la comunidad médica de Córdoba. Todo quedó en evidencia en esta causa, la primera en la que se juzgó a una persona que en realidad producía esto con fines terapéuticos”.

Sobre el final del juicio, Gonella no acusó: “En representación de la fiscalía, pedí su absolución. Consideré que producir estupefacientes para su uso terapéutico no era delito, porque lo que la ley persigue es producir estupefacientes, transportar y vender para uso recreativo o para otros usos, pero no para usos terapeúticos. Desde 2017 hay una ley que permite el cultivo del cannabis para el uso medicinal y la investigación científica. Sucede que cuando Landgren comienza con esta actividad la ley no estaba reglamentada: establece que el Ministerio de Salud y el Anmat deben regular este cultivo, a través de un registro en el cual deben estar los usuarios, profesionales y médicos. Hoy, Landgren está produciendo de acuerdo a esta ley. Pero cuando empezó, y a eso se lo pregunté durante el juicio, le era imposible acudir a los organismos públicos porque aún la ley no establecía a quién. Y además destaqué que su conducta, lejos de ser perjudicial para la sociedad, significó un paliativo y una mejora de la calidad vida para los pacientes que acudieron a él. Esto quedó en evidencia con los testimonios de madres y padres que en el juicio contaron los dolores de sus pequeños hijos e hijas por no poder paliar los problemas graves con la medicina farmacológica tradicional”. 

¿Por qué no se trató de un caso más para este fiscal que ya lleva largos años en la Justicia federal? “No sólo fue un aprendizaje individual, sino que vi cómo se movilizaba la comunicad cannábica alrededor de Tribunales, en apoyo a Landgren. Fue también un aprendizaje para el sistema judicial, he recibido llamados de colegas y de médicos que querían leer el fallo, sus fundamentos y estudiarlo, porque es un caso testigo. Se trató de un aprendizaje colectivo para la sociedad argentina”.

 

Argentina, en tres actos

Este aprendizaje colectivo al que hace referencia Gonella no está exento de una tensión discursiva y práctica que Argentina aún no logra resolver, pese a los avances significativos en cuanto al uso terapéutico de la marihuana. Sucede que aún no se debate en serio un reclamo que diferentes sectores vienen enarbolando desde hace tiempo: su utilización con fines recreativos.

En tres actos ocurridos en pocas semanas, es posible advertir cómo esta contradicción continúa más que latente.

Primer acto. El pasado 15 de octubre de 2021 quedó inaugurada en la ciudad de Buenos Aires la Expo Cannabis, el "megaevento sobre cannabis medicinal, industrial y de uso adulto más importante de Latinoamérica", según se lo promocionó, con 150 puestos "con las mejores marcas, productos y servicios nacionales e internacionales" y más de 80 conferencias sobre "cannabis medicinal, descubrimientos científicos, oportunidades económicas, regulaciones y presentaciones de productos” y 16 talleres para aprender "cómo cultivar cannabis, cómo hacer aceite, armado de indoor, hidroponia, extracciones y mucho más". En la oferta de la feria, que duró tres días, también hubo "consultorios sobre cannabis medicinal atendidos por más de 30 médicos especialistas", además de consultorios veterinarios para evacuar consultas sobre tratamientos de cannabis medicinal para mascotas y "consultorios legales atendidos por defensores oficiales y abogados especializados".

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Segundo acto. “Gracias a un intenso patrullaje combinado en la franja costera, desplegado esta madrugada en la localidad correntina de Puerto Corazón, el personal de la Fuerza advirtió el cruce de una lancha proveniente del Paraguay, cuyos tripulantes arrojaron bultos en la ribera argentina. De inmediato, una embarcación de Prefectura se acercó al lugar para interceptar a los involucrados, quienes emprendieron la huida hacia su país de origen agrediendo al personal con disparos de armas de fuego. Sin registrar ningún herido, el personal de Prefectura pudo secuestrar 1.491 “panes” de marihuana, con un peso de más de 950 kilos y un valor que supera los 127 millones de pesos. En un segundo operativo realizado en El Dorado (Misiones), se hallaron tres bultos sobre la costa, que contenían 79 paquetes de marihuana, con un peso de casi 42 kilos”. (Gacetilla oficial del Gobierno argentino, 30 de septiembre de 2021)

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Tercer acto. En agosto 2021, el presidente Alberto Fernández declara no tener incovenientes en abrir el debate sobre la legalización de la marihuana, pero pide que sea "sin hipocresías", y advierte que el consumo de alcohol es el "mayor problema" entre los jóvenes. Fernández asegura que "poco a poco hay que ir dando pasos" en torno al tema de la marihuana y destaca los avances de su producción con fines terapéuticos e industriales en el país. "Yo no tengo problema en generar estos debates, en todas esas cosas soy alguien muy liberal y cada uno tiene derecho a hacer de su vida lo que quiera, también a dañarse", expresó en una entrevista a Julio Leiva para Caja Negra de Filo News. "Lo que sí, el Estado tiene que advertirle que se está dañando y avanzar si es que ese daño pone en riesgo a otros", amplió, al ser consultado si durante su Presidencia el consumo de marihuana será legalizado.

 

Debates y discursos

Al igual que les leyes del matrimonio igualitario o la del aborto, la discusión sobre la legalización o no de la marihuana es transversal a los principales partidos políticos del país: los encuentra con posiciones internas divididas y con la necesidad de dar un debate por fuera de los colores partidarios.

En las grandes ciudades, hay marchas para pedir la legalización total de la droga, y desde hace tiempo se milita su uso recreativo, con todo un movimiento cultural alrededor. Pero, en el medio, advierte un trabajador social con mucho barrio popular en las suelas de sus zapatillas, están los jóvenes a la deriva, que reciben estos discursos sin demasiados preámbulos. “El riesgo es que asimilen la legalización con que no produce ningún daño”, enseña, y deja abierto el interrogante sobre hasta dónde estamos dispuestos a dar un debate responsable.