ESTUDIO DE LA FUNDACIÓN COLSECOR

En Argentina, el acceso a la salud se mantiene prioritario

Mientras buena parte de la ciudadanía cambia sus hábitos por la degradación de los ingresos, hay un ítem que se mantiene inalterable: los servicios de salud. El 78% de los encuestados respondió no haber hecho cambios en el último año. Por Laura Giubergia
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13-04-2023
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A la par de la inflación y el deterioro del bolsillo de los argentinos, muchos gastos que eran considerados habituales dejaron de ser tales: o se amplió la frecuencia o se redujo la inversión. 

En octubre pasado, una encuesta de la Fundación COLSECOR reveló cómo los argentinos se guiaban en el precio como principal variable al momento de elegir qué comer. El 48 por ciento de los encuestados aseguraba comprar sólo aquellos productos que se encuentran en oferta, así como que sólo analizaron adquirir productos para consumir en el corto plazo (46%). En tanto, un 26 por ciento dijo haber reducido significativamente el consumo de carne, siendo la carne de pollo la que con más frecuencia se sirve en las mesas argentinas. 

En síntesis: buscar ofertas y reducir el consumo, destacaron los encuestados. En medio de la crisis económica que no da tregua en el país, en aquella oportunidad se había indagado en el tipo de estrategias frente a la inflación. Así, el 62% de las respuestas -entre primera y segunda opción- las obtuvo la búsqueda de ofertas en supermercados y negocios y el 54% la reducción del consumo asociado a salidas y compras.

Lo mismo se pudo replicar en cuanto a la elección de la vestimenta y sobre los viajes por ocio. Todo se redujo, se acotó.

Pero hay un ítem en el que los argentinos no especularon. El reciente Estudio sobre Acceso y Percepción de la Salud en Argentina, también realizado por la Fundación COLSECOR muestra que, pese a tanto bolsillo flaco, los argentinos no repensaron acotar sus gastos en los servicios de salud. Al menos, en cuanto a la modalidad de atención: el 78% de los encuestados respondió que no hizo cambios en ese sentido en el último año por motivos económicos.

El 84% de los varones respondió que no efectuó modificaciones en el acceso a la salud en los pasados 12 meses, en tanto las respuestas de las mujeres alcanzaron el 74%.

Se observó además que, entre quienes sí hicieron cambios, los varones optaron más que las mujeres por pasarse a una obra social/prepaga más barata (9 y 6 por ciento respectivamente), en tanto ellas indicaron (7%) que tenían una obra social/prepaga y empezaron a usar el sistema público en mayor medida que ellos (3%).

El trabajo se realizó con el objetivo de conocer las maneras en las que se accede al sistema de salud en nuestro país, así como las percepciones y valoraciones en torno a este, siempre con el eje en el territorio. La recolección de datos se hizo por vía telefónica entre los días 11 y 27 de noviembre de 2022, y se tomaron 1480 casos. El informe estuvo a cargo de Mario Riorda, Griselda Ibañez y Mónica Cingolani. 

Teniendo en cuenta la forma en la que se accede al sistema de salud, se observó que el 34% de los encuestados posee obra social/prepaga y usa indistintamente el servicio público o el privado, mientras que el 32% tiene una obra social/prepaga y usa el sistema de salud privado. El 26% indicó acceder al servicio de salud de manera gratuita (se atiende en instituciones públicas) y sólo el 5% sostuvo que paga las prácticas médicas de forma particular.

Al desglosar las respuestas según tamaño de localidad, se observó que el 41% de quienes viven en una ciudad de menos de 10 mil habitantes aseguran que aún teniendo obra social usan indistintamente el servicio público o privado, porcentaje que desciende al 29% en ciudades de más de 100 mil habitantes. Mientras más grandes son las ciudades, menos demandada es la asistencia pública. 

El sistema de salud privado es más elegido por los varones que por las mujeres (36 y 30 por ciento respectivamente) y por quienes tienen estudios universitarios completos (44%) frente a quienes no han completado el secundario (17%).

Dentro del grupo que elige el sistema de salud público, el 29% son mujeres y el 21% varones, mientras que el 41% tiene secundario incompleto y el 13% estudios de nivel universitario. 

En resumen, casi ocho de cada 10 argentinos abona un sistema de salud privado. Sin embargo, la valoración de ambos sistemas resulta muy similar: el 66 por ciento valoró el sistema de salud privado -promedio obtenido a partir de 12 ítems consultados-, mientras que el sistema público de salud es valorado por un 61 por ciento. 

Pulgar arriba para enfermería

Según la encuesta de la Fundación COLSECOR, la enfermería se encuentra al tope de la evaluación del sistema de salud en Argentina, por encima de las médicas y los médicos. En cambio, entre quienes utilizan el sistema de salud privado, la valoración principal es hacia médicos y médicas. 

En el ámbito privado, aspectos como el acceso digital, el equipamiento y las especialidades aparecen mejor valoradas, muy por encima de estos aspectos en el sistema público. 

También se observan diferencias importantes en cuánto al acceso a la medicación, así como en atención, infraestructura y disponibilidad de turnos. 

“Dos aspectos sensibles que se indagaron fueron sensación de atención humana y digna y sensación de cobertura integral. Las valoraciones entre los servicios también fueron parejas, aunque respecto a este último aspecto hay más desconocimiento cuando se indaga en el sistema público”, asegura el informe. 

Lo cierto es que en tiempos de recortes y economía de emergencia, el acceso a la salud sigue siendo prioridad para las familias argentinas.