La comunidad universitaria de Tres Arroyos frente al desafío de la educación pospandemia
Al igual que en el resto del país, también en Tres Arroyos la crisis sanitaria vinculada con el Covid-19 aceleró los pasos hacia un modelo educativo híbrido, que combina virtualidad y presencialidad, y ya forma parte de la nueva normalidad.
Puesta a evaluar los efectos en la comunidad educativa, Gabriela Hoffmann, directora del Centro de Estudios Universitario de Tres Arroyos señaló que tuvo aspectos negativos y positivos. Señaló que al principio fue muy difícil porque, para evitar la deserción, hubo que adaptar en muy breve tiempo las actividades y el dictado de clases de lo presencial a lo virtual, lo cual trajo no pocas dificultades e hizo que se resintiera el proceso de enseñanza-aprendizaje. Pero una vez que se superaron los obstáculos de conectividad y se aprendieran las destrezas de estas nuevas formas, la virtualidad funcionó satisfactoriamente.Tanto, que muchas de esas plataformas llegaron para quedarse y continúan en este 2022, junto con las clases presenciales.
En opinión de Hoffmann, la construcción del conocimiento que se genera en el aula con el vínculo entre docentes y alumnos es fundamental, pero también han tenido muy buenas experiencias con la virtualidad, que achica tiempos y distancias. Así es que, actualmente, el modelo combina ambas modalidades y coexisten los consultorios virtuales con las clases grabadas y las aulas presenciales.
Los estudiantes también valoraron positivamente los aprendizajes que dejó la pandemia.