LOS CAMINOS DE LA EDUCACIÓN

La Universidad post pandemia: vuelve la presencialidad “cuidada”

Tras dos años de forzada educación a distancia, el gran desafío de la educación superior es combinar lo más beneficioso de la virtualidad con lo más provechoso de la presencialidad. La vacunación, clave para el retorno. Por Laura Giubergia
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06-03-2022
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Ilustración Pito Campos

 

Hacer un cursillo de ingreso, asistir a una clase, entregar un trabajo práctico y hasta rendir un examen oral. Estas acciones habituales y cotidianas de cualquier persona que sigue una carrera universitaria, se vieron afectadas -y alteradas- por la pandemia del coronavirus que suspendió repentinamente las actividades de formación presenciales. 

Mediados por la tecnología, y sin demasiada planificación al principio, las clases y cursillos se volvieron virtuales, las entregas pasaron a ser digitales y los exámenes orales se concretaron, pantalla de por medio, a través de alguna plataforma de comunicación que incluya imagen y video. Estos mecanismos iniciados con urgencia fueron perfeccionándose en el transcurso de los casi dos años de iniciada la emergencia sanitaria. 

Con altos porcentajes de la sociedad vacunada y con expectativas para que el Covid-19 deje de ser considerado pandémico para pasar a listado de enfermedades endémicas, el 2022 asoma como el año en el que parece retornar algo parecido a aquella vieja normalidad, con el retorno de ciertos hábitos que permanecieron en stand by desde el 2020. 

En este contexto, las casas de altos estudios reinician el dictado de las carreras presenciales ya sin aforo, aunque con algunos condicionamientos sanitarios que siguen siendo necesarios para controlar los contagios de coronavirus, como el uso de barbijos y la implementación de ventilación cruzada en los espacios cerrados. 

“Este es el compromiso que habíamos firmado a fin de año con las rectoras y los rectores de las Universidades: garantizar la presencialidad en el primer cuatrimestre de este año, y hoy tenemos las condiciones sanitarias para lograrlo”, dijo días atrás el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk. 

Destacó también la importancia de la universidad pública como “plataforma de desarrollo”, y como una de las propuestas del país para lograr “un camino mejor y más federal de justicia social con trabajo, producción, ciencia y conocimiento”. 

“Creemos que la universidad argentina está en uno de los lugares más importantes de respuesta a la pandemia y debemos garantizar el derecho a la educación y a la formación de miles de jóvenes argentinos y argentinas a lo ancho y a lo largo de nuestro país”, aseguró el ministro. 

Desde la Universidad Nacional de Córdoba, el titular de la Oficina Central de Gestión de Higiene, Seguridad y Medioambiente Daniel Pontellli destacó algunos principios necesarios para garantizar una presencialidad segura: “El compromiso, la sensibilidad, la empatía, es decir que cada persona haga su aporte para el bien común. ¿Cómo? Respetando los protocolos, utilizando de modo seguro los recursos materiales, controlando su estado de salud y no exponiendo a otros si sabemos que estamos enfermos, y algo muy importante, completar el esquema de vacunación”. 

 

Hacia modelos “híbridos”

Pese al retorno de la presencialidad, en las universidades públicas del país se analiza la implementación de metodologías de formación a distancia que dieron muy buenos resultados durante estos dos años. 

“La presencialidad entusiasma muchísimo, nuestras universidades tienen aprobados los planes de estudio en formato presencial, sabemos que es muy importante el contacto con el docente sobre todo en la parte práctica, pero hay cosas que hemos descubierto con la virtualidad y que llegaron para quedarse”, admitió el secretario de Políticas Universitarias, Oscar Alpa

Esa mixtura entre presencialidad y virtualidad, combinando los aspectos más provechosos de ambos sistemas, es uno de los desafíos que afrontan a futuro las universidades. Así, plataformas de e-learning, aulas mediadas por sistemas y otros recursos tecnológicos que facilitan el aprendizaje a través de dispositivos digitales empiezan a jugar un papel preponderante dentro del sistema de educación superior. 

“La gran ventaja de la pandemia es que movió muchas cuestiones que nos permiten pensar distintas realidades”, reconoció el funcionario en declaraciones a Radio Nacional, y valoró que durante la emergencia sanitaria también se puso en evidencia la potencia del sistema universitario. 

“La pandemia nos mostró un sistema universitario muy fuerte, y hay que seguir trabajando en eso. Hoy siguen cuatro universidades nacionales trabajando en la vacuna argentina, investigando y desarrollando, como ha sido con los barbijos y tantas otras cosas”, resaltó. 

Las autoridades destacan que el porcentaje de vacunación entre docentes y no docentes es superior al 95 por ciento, y que avanza también el porcentaje de inoculados con la tercera dosis. 

 

Otros desafíos para el sistema universitario

“¿Qué Universidad tendremos una vez que la pandemia emprenda la retirada y nos deje en paz?”, se pregunta Eduardo Sánchez Martínez en un artículo publicado en la revista Integración y Conocimiento (2022).

Partiendo de la diversidad del sistema universitario argentino, el autor considera que una de las alternativas es retomar a la presencialidad tal como existía antes de la pandemia, con el principal atractivo de recuperar el rasgo de “experiencia social” de la enseñanza universitaria, y que la tecnología no puede suplir. 

“Y el desafío aquí es doble: porque las distancias impiden que todos puedan acceder a la enseñanza en el campus, y porque los tiempos requieren que la experiencia social de aprender vaya acompañada de recursos tecnológicos hoy disponibles que potencian significativamente la relación de aprendizaje. Cuando estos recursos no están, o están, pero no se los aprovecha como se podría, la experiencia social de aprender se empobrece notablemente, deja de atraer y motivar a alumnos que ya no aprenden como aprendían ayer quienes hoy les enseñamos, con todas las implicaciones que esto tiene”, argumenta. 

Sánchez Martínez avanza en la idea de que la enseñanza universitaria de la post pandemia debería partir “de un replanteo institucional de fondo” sobre las características que deberán distinguir a la o las modalidades por las que se haya optado, “porque ello definirá, o redefinirá, el perfil de Universidad para enfrentar los desafíos que se avecina, al menos por un tiempo”. Y estima que la distinción entre las modalidades dejará de tener sentido a futuro. 

para avanzar en modelos híbridos, afirma el experto, deberán considerarse estrategias de planificación y gestión su desarrollo; definir los modelos y dotarlos de tecnología que los enriquezcan; capacitar a docentes para sean sujetos activos del proceso de enseñanza; prever la evaluación de la experiencia; y no perder de vista las brechas digitales “que profundizan las desigualdades ya existentes” y que requieren de políticas públicas de mitigación.