Mundial de fútbol y machismo: estereotipos a la orden del día

La euforia futbolera vuelve a poner en el centro de la escena a los discursos violentos expuestos en el marco de festejos y alientos. ¿La contracara? Mujeres en la transmisión, lágrimas y demostración de amor entre varones. Por Laura Giubergia

2 ilustracion 1 redaccion mayo diciembre 22
2 ilustracion 1 redaccion mayo diciembre 22 Pito Campos
26-12-2022

Que por las Islas Malvinas, que por finales pasadas, que por la orientación sexual de una persona: no, en la cancha no vale todo. La homofobia y la xenofobia no pueden encontrar sustento en ningún argumento atenuante, menos aún cuando el respeto por los derechos humanos está siendo profundamente cuestionado en el país sede. 

Durante el Mundial de Fútbol de Qatar se escucharon cánticos y se vieron gestos o expresiones por demás cuestionables, y anacrónicas. Masculinidades dominantes, machismo y estereotipos, en pantalla gigante y ante los ojos del mundo. 

“Cultura del aguante”, es el concepto que retomó en un artículo Julián Martínez para hablar de un rasgo propio de las hinchadas argentinas en las que, además del aliento, se recurre a la confrontación con el rival consolidada a partir de la oposición a ese otro. Esa oposición se vincula con una suerte de “hombría” alineada con la capacidad de ejercer violencia, de soportar dolor, y con una serie de características propias de la masculinidad hegemónica y heteronormativa. 

Con cánticos y con gestos, el miedo y la homosexualidad van configurando a ese otro en una posición de irrevocable inferioridad, muchas veces asociada con características femeninas. 

No todo es tan oscuro

En el recorrido zigzagueante de las luces y sombras del evento futbolístico mundial encontramos, también, demostraciones públicas de amor, de ternura y de emoción por parte de varones. Un Lionel Scaloni intentando infructuosamente contener el llanto de emoción por el triunfo conseguido, jugadores expresándose el cariño con un “te amo” tanto dicho como escrito en redes sociales, un Lionel Messi rodeado por sus hijos y su esposa disfrutando los primeros minutos de relajación tras la intensa participación de la selección en la Copa del Mundo. 

Los hombres sí lloran. Los hombres sí pueden paternar con ternura. Los hombres se pueden amar y también pueden hacer terapia. Heteronorma, pero con amor. Una deconstrucción, aun en proceso, que alienta. 

Florencia Enghel, investigadora y docente,  también posó su mirada sobre el Mundial y destacó puntos muy valiosos como que la Televisión Pública haya incorporado figuras femeninas para las transmisiones. “Fue un hecho muy importante, más considerando el altísimo rating que se registró. Al mismo tiempo ese equipo, con Ángela Lerena a la cabeza, tuvo que soportar niveles altísimos de odio y troleo en las redes sociales. Más allá de eso, evidentemente dejaron una huella para empezar a normalizar algo que tendría que haberse normalizado hace tiempo”, precisó Enghel. 

Mujeres en la transmisión y mujeres como referís se meten en la lista de saldos positivos de un evento deportivo por demás complejo. “Como el fútbol mueve pasiones colectivas e intensas sirve para poner el foco en ciertos temas que habría que trabajar más. Yo soy muy crítica del fútbol, y el fútbol que vimos en el Mundial es uno de los principales exponentes del capitalismo en el siglo 21… pero a la vez movilizó una alegría inmensa que vimos en las calles y que nos recordó que la gente es capaz de salir a festejar y autocuidarse. Es un poco la biblia y el calefón”, concluyó. 

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Redacción Mayo

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