ALLEN VS FARROW

Más allá de la separación

Está disponible en Sensa el documental que se mete con un escándalo de Hollywood que involucró e involucra a dos celebridades del cine y le da voz a quién acusó a Woody Allen de abuso hace 29 años: Dylan Farrow, la niña que adoptaron y aún hoy sostiene que los hechos ocurrieron. Por Julieta Fantini

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11-06-2021

Entre enero y agosto de 1992 se suceden una serie de hechos que dan el punto final al noviazgo entre la actriz Mia Farrow y el director Woody Allen: Farrow descubrió en enero unas fotos de su hija Soon-Yi Previn (por entonces de 20 años) en el departamento del creador de Manhattan. Meses después, en agosto, Dylan -también hija adoptiva de 7 años- le cuenta el presunto abuso del director en el ático de la casa de Farrow en Connecticut. Días después, Allen presenta una demanda contra Farrow por la custodia de Satchel (ahora Ronan), Dylan y Moses. El 17 de agosto, al mismo tiempo que la policía anuncia que investigará las acusaciones de Dylan contra Woody, este y Previn hacen pública su relación. Al día siguiente, Allen da una conferencia en un emblemático hotel en la que transcurren la mayoría de sus películas, Nueva York, en la que niega las acusaciones y acusa a Mia de manipular a Dylan para que lo denuncie, mientras que sugiere que es un castigo por su relación con Soon- Yi.

 

Someramente, esos son los hechos que desencadenaron una ruptura amplificada en lo judicial y mediático durante años.

Este año, el documental que repasa aquellos hechos desde la perspectiva de Dylan y Mia, vuelven a poner en escena no solo las tensiones de una familia destruida sino también cómo la justicia y los medios abordaron los hechos.

Es decir, cuál fue el retrato de Mía y cuál el de Woody, cómo se invisibilizó -con el correr de los años- la denuncia de abuso al ser desestimada por dos instancias prejudiciales-; cómo, en el imaginario colectivo, lo que persistió -hasta que Dylan y Ronan, ya adultos, vuelven a la escena pública con la acusación de abuso- fue una separación conflictiva y escandalosa.

Las críticas más sobresalientes contra Allen Vs. Farrow parten de la ausencia tanto de él como de Soon- Yi y de quienes apoyan al director, como algunos de los hijos adoptivos. Los documentalistas Kirby Dick, Amy Ziering advierten que solicitaron sus testimonios, pero ellos se negaron a participar.

La miniserie documental es un registro clásico de este tipo de historias que incluye testimonios a cámara, películas caseras del clan, una revisión de los documentos legales y judiciales y también la escalofriante y conmovedora película casera en la que Dylan, días después del episodio que denuncia, le cuenta a Mia qué pasó en el ático.

Más que como un icono cinematográfico de Nueva York, o tal vez por ello, a Allen se lo retrata como una persona con una gran protección política y un aparato de relaciones públicas poderoso que logró cambiar la narrativa al mostrar a su ex como una despechada en búsqueda de venganza.

Otros puntos de crítica se vinculan al repasar el retrato que hace Allen en sus películas de la relación entre hombres maduros y jóvenes como si eso fuera admisible como evidencia del abuso así como el hecho de poner el ojo en las estrellas de Hollywood que lo defendieron. También el detalle de lo denunciado no suma al arco que se pretende contar, más allá de la brutalidad del sufrimiento de Dylan: qué pasa con ella hoy y, como, a pesar de todo, sostiene desde su lugar de sobreviviente el relato del abuso.

HBO simbólicamente reabre el caso, o los casos, en un marco peculiar: con un Allen “cancelado”: no financian ni distribuyen sus películas en EEUU, tuvo serias dificultades para publicar sus memorias -A propósito de nada- y muchísimos actores que trabajaron con él manifestaron su arrepentimiento cuyo punto inicial fueron las objeciones al premio homenaje en Los Globos de Oro del 2014: Un tuit de Ronan y una carta abierta de Dylan que termina de sacar del ostracismo su voz.

Dick y Ziering sí incluyen la voz de Allen a través de fragmentos de la versión audiolibro de A propósito de nada, algo que, en lugar de equilibrar el relato, lo coloca en un lugar aún más complejo: el del mentiroso. Porque este es un documental que edita para contar la protección que tuvo Allen en los 90 y 2000, una relectura de los hechos a la luz de la cultura actual. Y se propone como una relato sesgado, no niega su naturaleza y toma posición. Queda en quienes miran revisar lo visto, a la luz de una nueva mirada de algo que no fue solo una pelea sino una mujer en sus 30 que aún busca justicia por lo que le pasó siendo una niña. 

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Redacción Mayo

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