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Qué hacer para desactivar y reducir los graves efectos de la infodemia

Las noticias falsas crecen en la pandemia junto al avance de las nuevas tecnologías

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03-05-2021

La viralización de una información falsa puede generar graves efectos en el abordaje de la pandemia e incluso atentar contra la salud y la vida de las personas. Cuáles son las principales herramientas para reconocer una noticia falsa.

Audios anónimos o de supuestos médicos, videos caseros sobre teorías conspirativas, fotos de situaciones hospitalarias sacadas de contexto, cadenas de mensajes que no referencian fuentes confiables, placas gráficas con recomendaciones de tratamientos para el Covid sin fundamento científico. Los mensajes falsos, sin referencia a fuentes confiables, proliferaron en Whatsapp desde que estalló la pandemia mundial por coronavirus.

De este modo, la infodemia se expandió a la par de los contagios. Es que se trata de la primera pandemia en la historia de la humanidad que se da en un contexto en el cual el uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y de las redes sociales forman parte del escenario sociocultural y de la vida cotidiana de las personas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infodemia es “una sobreabundancia de información, en línea o en otros formatos, e incluye los intentos deliberados por difundir información errónea para socavar la respuesta de salud pública y promover otros intereses de determinados grupos o personas”.

Las consecuencias de estas prácticas de la comunicación son graves. La OMS advierte que “la información errónea y falsa puede perjudicar la salud física y mental de las personas, incrementar la estigmatización, amenazar los valiosos logros conseguidos en materia de salud y espolear el incumplimiento de las medidas de salud pública, lo que reduce su eficacia y pone en peligro la capacidad de los países de frenar la pandemia”.

En los inicios de la pandemia, en medio de un clima de profunda incertidumbre, se viralizó un audio que era atribuido a la Dra. Carina Martinich, quien supuestamente era parte del equipo del Hospital Malbrán. En el audio, se escuchaba una explicación en tono certero, en la que anticipaba cuándo sería el pico de contagios. Después de que ya había sido compartido miles de veces, las autoridades del Malbrán aclararon que en ese hospital no trabajaba esa persona y luego se comprobó que Martinich figuraba en el registro de profesionales del Colegio de Bioquímicos de Santa Fe.

Además de generar miedo y paranoia, la desinformación también mata. Un niño de cincos años murió en Neuquén luego de que le suministraran dióxido de cloro. Esta sustancia había sido difundida como una poderosa herramienta de inmunidad contra el coronavirus. De hecho, el miércoles 5 de agosto, en pleno contexto de ASPO, al finalizar su programa en Canal 9 la periodista Viviana Canosa había recomendado la ingestión de dicha sustancia frente a las cámaras, pese a que en Argentina, la comercialización y distribución de dióxido de sodio está prohibida por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). En 2016, la ANMAT ya había lanzado una advertencia acerca de su uso.

 

Chequear, chequear y después chequear

¿Qué pueden hacer los y las ciudadanas frente a la infodemia? Antes de compartir un enlace o un contenido audiovisual que puede contener información falsa, no comprobable científicamente, es necesario realizar un simple procedimiento conocido como #FactChecking o verificación de hechos.

Descargá la infografía e tu dipositivo móvil sobre cómo detectar noticias falsas 

 

 

Para que pueda ser replicada, los y las usuarias deberían poder responder positivamente a las siguientes preguntas sobre la información en cuestión: ¿La fuente de la información está debidamente referenciada en el mensaje? ¿Esa fuente de información es oficial? Si es una fuente no oficial, ¿es posible comprobar la información con estadísticas o datos públicos? ¿Es posible reconocer la autoría de las imágenes? ¿El sitio que publica la nota es reconocido, trabaja con un mínimo de seriedad y de ética periodística? ¿La información puede ser ubicada en un contexto espacio temporal claro?

Tras realizar estas preguntas es posible reconocer el grado de veracidad y de calidad de la información.  En caso de que la calidad resulte muy baja o su veracidad resulte incomprobable es mejor frenar el impulso de compartir.

En esta línea, la OMS activó un portal de información chequeada  que incluye “Consejos para la población acerca de los rumores sobre el nuevo coronavirus (2019-nCoV)”. Mientras que a nivel local, la Agencia de Noticias Télam generó la plataforma Confiar en la cual se realiza un seguimiento de las noticias falsas que circulan y se ofrece además un “Kit de herramientas” para detectarlas.

Además de evitar compartirlas, los y las usuarias pueden reportar o denunciar las noticias falsas. Cada red social cuenta con un sencillo procedimiento para hacerlo.

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Redacción Mayo

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