PANORAMA NACIONAL

Elecciones 2021: entre la pandemia y los “swing states”

Baja participación y provincias que cambiaron de color en solo dos años. Lo que dejaron los resultados del domingo a nivel federal. Por Juan Pablo Carranza

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15-09-2021

Con el 66,2% de participación, las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del último domingo fueron las elecciones con menor asistencia desde el retorno de la democracia en 1983. 

Este nuevo récord histórico de ausentismo, que superó el 26% registrado en las legislativas de  2001, está atravesado por una serie de excepcionalidades y particularidades que la diferencian claramente de lo ocurrido hace 20 años. 

“La elección se da en un escenario complejo que es una mamushka de crisis. Por un lado tenés la excepción de la pandemia, además hay una procrastinación económica de la época de Mauricio Macri y por último 10 años de estancamiento ”, apunta sobre esta baja en la participación el codirector de la revista Panamá y politólogo Pablo Touzon. Y agrega: “En todo el mundo los oficialismos sufren los efectos de la situación sanitaria”.

Esta descripción explica este ausentismo. Otra forma de medir este impacto es analizar la fotografía ampliada. Solamente tomando los últimos dos años, en las presidenciales del 2019, votó el 76,4% del padrón. Casi 10 puntos más que hace un par de días atrás. 

Aunque la tendencia marca que las elecciones ejecutivas concentran más la atención, la caída en relación a la anterior legislativa también fue considerable. En 2017 la asistencia a las urnas en esta misma instancia fue del 72,3%. Casi 6 puntos más.

 

Apatía 

Sin embargo no se trató de un voto bronca como en el 2001, donde el más del 20 por ciento de los votos fueron en blanco. Este índice ahora fue del 4%.

Posiblemente este desencanto haya sido uno de los principales aciertos de los encuestadores. El clima de apatía era lo que muchos describían en los días previos y manifestaban como indescifrable. Desde Redacción Mayo mostramos el problema que tenían los especialistas a la hora medir la opinión pública.

Esta suerte de encuesta a cielo abierto dejó descubierta una demanda electoral. Marcaron que la gente utiliza estas instancias para mandar un mensaje a los oficialismos, que puede ratificarse en noviembre o bien puede sufrir modificaciones en dos meses. El desenlace está por verse.

 

Mapa

Los resultados del domingo pasado mostraron que Juntos por el Cambio (JxC) ganó en 17 distritos, el Frente de Todos (FdT) en cinco y hubo dos triunfos de fuerzas provinciales. 

Hace solamente dos años, en las elecciones presidenciales de 2019, el mapa era al revés. El FdT, con la fórmula de Alberto Fernández-Cristina Fernández, se impuso en 17 de las 24 jurisdicciones en las generales por sobre el binomio Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto. 

Dos meses antes, en agosto de 2019, solamente Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) y Córdoba, los dos principales bastiones de la oposición, quedaron fuera del mapa azul que logró el peronismo unido en todo el país. 

Si se toman las últimas ocho elecciones y se traza un paralelismo con los comicios norteamericanos, podríamos decir que en Argentinas hay provincias amarillas, provincias azules y provincias pendulares o cambiantes ("swing states" en la narrativa política estadounidense).

El corazón de la fuerza de Cambiemos está en la región Centro: Córdoba, Mendoza, Santa Fe Entre Ríos y Caba en casi todas las elecciones mostraron una inclinación hacia el amarrillo. 

Un caso particular es el de Córdoba donde el peronismo nacional nunca pudo lograr un triunfo en ocho  elecciones. La única excepción fue en 2015, cuando compitió por la presidencia el exgobernador José Manuel de la Sota y ganó esa provincia en las PASO. 

De las seis provincias que integran el Noroeste Argentino, el domingo pasado el FdT ganó en cuatro: La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero y Tucumán y JXC lo hizo en Salta y Jujuy, donde gobierna el radical Gerardo Morales. 

Esta última es precisamente la única provincia de esta región  donde la tendencia al no peronismo es más clara. Mientras que Salta podría considerarse un estado pendular ya que dos de las últimas cinco elecciones nacionales las ganó Cambiemos y en tres el FdT. Además está gobernada por Gustavo Sáenz, alineado con Sergio Massa.

Exceptuando Formosa, que siempre acompañó al  actual oficialismo nacional, el resto de las provincias del Noreste Argentino, alternaron en los últimos años entre votos a JXC y el peronismo. 

En Corrientes, con un gobernador radical recientemente reelecto como Gustavo Valdez, la tendencia en esta elección se volvió a concentrar en la oposición.  Mientras que en Chaco, Jorge Milton Capitanich, figura importante del peronismo, esta vez no pudo traducirla en un apoyo para las legislativas. 

En Neuquén y Rio Negro se impusieron expresiones provinciales y Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego ganó Cambiemos. Estas cinco provincias se tiñeron de azul hace apenas dos años con el triunfo de Fernández-Fernández en dos ocasiones.  El cambio refleja esa alternancia de preferencias a nivel nacional.

 

El principal Swing State

Un párrafo aparte merece la provincia de Buenos Aires. Con el 37%  del padrón representa la madre de todas las batallas. Sin embargo, a pesar de la creencia general de que se trata de una provincia identificada con el peronismo. De las últimas 8 elecciones cinco las ganó el PJ, dos Juntos por el Cambio y una quedó empatada. 

Pero si se toman como recorte solamente los últimos cinco comicios el score arroja dos victorias para el peronismo, dos para JXC y una empate técnico pero con ventaja del actual senador Esteban Bullrich sobre la vicepresidenta Cristina Fernández en 2017. 

Touzon señala que esta alternancia se da por la relación directa entre la provincia de  Buenos Aires y el Gobierno nacional. “El Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) colonizó la Nación, lo que hace que la política sea idéntica en ambos escenarios, de hecho no hay agenda netamente provincial”.

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Redacción Mayo

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