OPINIÓN

El nuevo poder de las provincias en el Senado

A la luz de los resultados de la última elección, la composición del Senado a partir del 10 de diciembre próximo pondrá poder de quorum y de veto en mano de un grupo de actores que no responden a la coalición en el Gobierno ni a la oposición de Juntos por el Cambio. ¿Quiénes son? Por Diego Reynoso

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25-11-2021

El día después de la elección, los análisis se concentraron en ganadores y perdedores. Juntos por el Cambio obtuvo el 42,5% de los votos, frente a un 33.9% del Frente de Todos, aproximadamente. En términos electorales, el triunfo de la principal coalición opositora no está en discusión. Retuvo y amplió el piso del 41% que conquistó en 2017 y mantuvo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 2019. Así las cosas, y debido a la renovación por mitades de la Cámara de Diputados y por tercios del Senado, el poder institucional medido en bancas no refleja esa relación de fuerzas electoral.

En Diputados, la coalición gobernante mantiene su sitio de primera minoría con 118 bancas (2 menos de las que tenía) y el principal bloque opositor mantiene sus 116 bancas, exactamente lo mismo que tenía antes de las elecciones.

En el Senado, las cosas fueron más dramáticas. El Frente de Todos perdió 9 bancas de las 41 que acumulaba y perderá el control del “quorum propio”. Esto es: el control de 37 bancas que permiten abrir una sesión y dar inicio a una votación, además de tener relativamente asegurado el control de la agenda y la votación. Aclaremos que ese control, de cualquier manera, no siempre le permitió ganar todas las votaciones (en 2008, el empate 36 a 36 en la votación de la ley de retenciones a las exportaciones, nos recuerda que no siempre ese control fue total). Pero si bien perdió el quorum, aún retiene el rol de primera minoría con 35 senadores, caeteris paribus. Juntos por el Cambio ascendió a los 31 senadores, al poner en juego 9 bancas y obtener 14, sumados a los 17 que ya tenía.

Con estos resultados, aparece en escena un conjunto de actores legislativos que -en ambas cámaras- pasarán a tener un rol clave, poco destacado por los analistas políticos según mi parecer. Se trata de los partidos provinciales o distritales. Me concentraré en un conjunto de 6 senadores que tendrán el poder de inclinar la balanza hacia un lado o hacia el otro, y con ellos podrán beneficiar a sus respectivas “constituencies” (i.e. a sus electorados).

 

¡Acá están, estos son!

Con la nueva conformación del Senado, llegar al voto 37 será clave para las dos coaliciones más grandes. Es ahí donde cobrara peso la senadora recientemente electa por Hacemos por Córdoba, Alejandra Vigo. Ella se sumará así a dos senadores que juntos se convertirán en “pivotal players” claves: Alberto Weretilnek (Juntos Somos Rio Negro) y Magdalena Solari Quintana (Frente Renovador de la Concordia, Misiones).

Existe no obstante un conjunto de 3 senadores que conforman hoy el Interbloque Federal, que también pueden usar sus respectivos votos con mucha influencia. En primer lugar, la senadora Carmen Lucila Crexell (Movimiento Popular Neuquino), que pertenece a un histórico partido provincial y que está en una situación similar a la de los arriba mencionados.

En segundo lugar, aparecen dos senadores con origen y pasado peronista, pero que debido a la lógica de las coaliciones políticas provinciales fueron electos por Juntos por el Cambio. Se trata del senador Juan Carlos Romero (Justicialista 8 de Octubre, Salta) que fue electo por Juntos por el Cambio y la senadora María Clara del Valle Vega (Mediar Argentina, Cambiemos Fuerza cívica Riojana).

 

“Pivotal Players” provinciales.

En gran medida, los análisis de las elecciones pasadas nacionalizaron de algún modo los resultados de CABA y de Provincia de Buenos Aires, como suele ser (aunque distorsivo) muy común. La paridad en los contingentes legislativos de las principales coaliciones nacionales, como hemos señalado, nos muestra un nuevo panorama de distribución del poder institucional que era más común en Diputados pero que es extraordinario en la cámara alta. Este nuevo equilibrio de poder en el Senado comenzará a experimentarse a partir del 10 de diciembre cuando asuman los nuevos y nuevos senadores electos/as.

Esta situación empodera, si se quiere como un producto colateral de la distribución del poder legislativo, a los senadores de estas provincias que inclinarán la balanza hacia un lado o hacia el otro. Permitirán o impedirán la apertura de sesiones, al dar o quitar quorum, y podrán ser decisivos en votaciones cerradas. El bloque oficialista del Frente de Todos cuenta con 35 senadores, lo que lo obligará a recurrir por lo menos a dos de esos 6 senadores. El poder de negociación que esta situación conlleva es muy importante.

En muchos sistemas políticos el rol de los pivotal players no está relacionado con su tamaño electoral ni con su contingente legislativo, sino con el poder que su concurso a la toma de decisión le confiere. Los vuelve decisivo, les otorga un poder de veto grande y les permite explotar su posición.

 

Diego Reynoso (@dgreynoso), Investigador CONICET - Director de la Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública de la Universidad de San Andrés.

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Redacción Mayo

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