JUEGO ABIERTO

Los liberales, entre la construcción política y los antisistema

El periodista y analista Luis Rosales repasa cómo quedó la nueva derecha en el tablero nacional tras el resultado de las últimas legislativas y cómo se perfila para enfrentar el 2023. Por Juan Pablo Carranza

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20-01-2022

Ilustración Chelo Candía

En las elecciones de 2021, Libertad Avanza obtuvo 4,6% votos en todo el país. El resultado lo posicionó como la cuarta fuerza a nivel nacional. Y conformó, en su primera participación electoral, un bloque con cuatro diputados en la Cámara Baja. 

¿Cuáles son los desafíos que tiene por delante este espacio?¿Cómo y dónde disputa poder y construye capital político en una arena atravesada por la grieta? ¿Cómo se relaciona con los principales actores de la escena Argentina?

Para Luis Rosales, analista, periodista y uno de los fundadores del Libertad Avanza, las nuevas expresiones de derecha en la Argentina -liberales y libertarios, principalmente-  tienen un origen heterogéneo y responden a diferentes motivaciones a pesar de coincidir en los liderazgos emergentes, donde resaltan Javier Milei y José Luis Espert, en menor medida. 

“En primer lugar, con la aparición del PRO después del 2001 quedaron bastante desdibujadas las expresiones de derecha y eso generó una crisis de representación para las ideas más liberales. En segundo lugar, hay una corriente internacional de revisar a la derecha, como ocurre en España, Estados Unidos, Brasil, Hungría, etcétera. Y el tercer elemento, que en Argentina es fuerte, es el componente antisistema”, describe Rosales. 

Y concluye: “Los tres fenómenos se están dando pero va a pasar un tiempo hasta que decanten. O quizás, quién sabe, hay lugar para los tres”. 

Orígenes

Las expresiones liberales en la historia democrática argentina no son novedosas. El ejemplo más recordado y exitoso es posiblemente la Ucedé de Álvaro Alsogaray. Pero voluntades políticas identificadas con la ortodoxia económica y con elementos conservadores se repiten a lo largo de los años. Posiblemente el cambio ahora esté en las formas y en su nuevo sujeto: los jóvenes.

“En la Argentina siempre ha habido fuerzas políticas que concentraron  entre el ocho y el diez por ciento del electorado y se identificaron como conservadoras moderadas. Ya sea la Ucedé, en su momento, también (Ricardo) López Murphy o los mismos partidos provinciales”, dice Rosales. 

Y agrega a su explicación: “Eso está volviendo a tener su lugar en Argentina que quedó desdibujado con la aparición del PRO, que venía a ocupar ese lugar pero lo hizo sin mucha convicción y con mucho márquetin”. 

La madre de las batallas

Las redes sociales posiblemente son el escenario por excelencia donde las diferentes expresiones de la nueva derecha o la derecha alternativa plantean sus debates. Los principales referentes se caracterizan precisamente por la cantidad de seguidores que tienen en sus cuentas de Twitter, Youtube, entre otras.

“Sin las redes sociales todo este fenómeno no sería posible. El mainstream de la academia, los medios y las grandes coaliciones van por otro camino. Todas estas expresiones tienen que ver con las marginalidades y buscan su lugar por fuera de los canales tradicionales”, describe Rosales. 

Hace apenas unos días, Milei, ya ejerciendo como diputado nacional, consiguió nuevamente la atención de cientos de miles de personas que se anotaron en el primer sorteo de su dieta de legislador nacional. Paradójicamente, la ganó Federico Nacarado, un trabajador de la construcción afín al kirchnerismo. 

El concurso fue tendencia en Twitter y algunos apuntaron a su estrategia para mediatizar su figura. En un acto en Mar del Plata, donde realizó el sorteó la respuesta de Milei tras el concurso fue: “Soy el león, rugió la bestia en medio de la avenida. Corrió la casta sin entender, panic show a plena luz del día”. Y así cargó nuevamente contra la clase política de la que ya forma parte.

¿Acuerdo sí?

Con esta exposición nacional, apalancada por el resultado en la Ciudad de Buenos Aires (CABA), el panliberalismo se cuela por fuera de la grieta, como también lo hizo la izquierda tradicional en el otro extremo de arco político. 

“La consigna de parar al kirchnerismo sigue vigente. Pero perdió fuerza. Esto no es 2015 o 2019, sino que hay mucha decepción con el PRO”, dice Rosales. 

No obstante, la posibilidad de un acuerdo entre las diferentes expresiones de derecha con algunos sectores de Juntos, sobre todo los identificados con la exministra de Seguridad Patricia Bullrich, están planteadas. 

Para Rosales una síntesis electoral sin un proyecto común carece de sentido.  “El acuerdo por el acuerdo mismo, con el fin de ganarle al populismo ya quedó demostrado que no sirve, pasó con (Raúl) Alfonsín y pasó con (Mauricio) Macri contra el kirchnerismo”, apunta el periodista. 

Y da un paso más para explicar el porqué de ese fracaso. “Si se acuerda una agenda de cambios liberales para el país que solamente incluye  a un sector de Juntos por el Cambio, después los radicales se encargan de frenarlo”, dice. 

“En el mundo entero los sistemas políticos de los países tienen movimientos pendulares. En la Argentina cuando se logra derrotar al populismo los radicales se plantan en el medio por miedo a un ajuste”, cierra. 

Liderazgos y agenda

El resultado electoral de las derechas estuvo concentrado en CABA y, en menor medida, en provincia de Buenos Aires. Aún no se cristalizó una expresión competitiva  con capacidad de conquistar un caudal de votos en el resto de la provincias, como sí le ocurre a la izquierda. 

Este armado tan concentrado en el Amba también tiene liderazgos diferenciales. No hay dudas que la figura de Milei es la que concentra la mayor atención posible, pero también el ex candidato a presidente, Espert genera expectativa.

Rosales plantea las diferencias de estilo de una forma muy clara. “En el sector de la anti política lo tenes a  Milei que sigue un camino de celebrity, y lo está haciendo con muy buenos resultados. Pero desde el punto de vista político, no construye equipos”, describe. 

“Por otro lado, Espert es institucionalista, republicano y participa en lo político. Está dispuesto a compatibilizar con otros sectores”, apunta.

La agenda 

El debate  central que plantean los sectores de derecha está focalizado en el rol del Estado y la economía.  “El sistema argentino está descompuesto en una gran cantidad de aspectos, pero resolviendo tres puntos fundamentales los demás se pueden solucionar”, plantea Rosales.

“Primero hay que abrir la Argentina al Mundo, no hay prácticamente competencia en la economía.  Segundo, el rol y el tamaño del Estado que es enorme, y tercero, hay que modernizar el andamiaje jurídico de las leyes laborales”, desarrolla.

En muchos casos el desarrollo económico encuentra un límite en el medioambiente, como ocurrió con la derogación de la ley que permitía la megaminería en Chubut. En este sentido, Rosales sostiene que hay ser “ecológicamente sustentable”, pero no limitar las explotaciones.

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Redacción Mayo

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